LUNES, 24 DE DICIEMBRE DE
2012 VÍCTOR ARROGANTE
Se ha cumplido un año
desde que Rajoy quedó investido Presidente del Gobierno por las Cortes. Las
promesas electorales -incumplidas-, fueron suficientes para dar la victoria al
PP. La realidad ha sido esta: subida de impuestos, reforma
laboral, recopago sanitario, congelación de pensiones, recortes de servicios
públicos, rebaja de salarios a funcionarios, creación de banco malo, más paro y
menos derechos. Contra lo que dijeron, la economía española no sólo no ha
mejorado, sino que ha ido a peor.
Se mire por donde se
mire, el balance de este año es absolutamente desastroso. “Gobernar es repartir
dolor”, decía Gallardón, para defender su política. El “tasazo” judicial ataca
el derecho fundamental a la tutela judicial efectiva. Y exactamente eso es lo
que el partido en el gobierno ha estado haciendo durante este año. Ha
repartido: dolor entre la ciudadanía más necesitada, y gracias miles a la banca
y al poder económico. Defienden los intereses de las
grandes fortunas y desprecian a quienes solo poseen el trabajo para sobrevivir;
algunos ni eso.
¿Qué se puede esperar
de un gobierno, que tiene como ministra de empleo, a quién se encomienda a la
virgen de su pueblo, para que favorezca la creación de empleo?; la ministra no ayuda ni a la virgen; en su lugar: reforma laboral
injusta, inútil e ineficaz, que consiguen lo contrario de lo que se precisa.
Y el otro ministro, que
para defender su retrógrado modelo educativo, al servicio del más rancio y
reaccionario catolicismo, se compara con un toro bravo, que se crece en el
castigo. Demasiado noble es el toro para tal comparación.
Hemos entrado en una
situación de degradación e involución, como nunca antes había ocurrido en los
últimos tiempos en España.
Rajoy ha fracasado
estrepitosamente en su política de recuperación económica y de creación de
empleo, suponiendo que es eso lo pretende. Lo que parece es que solo quiere la
eliminación de derechos sociales y laborales. Después de un año de
gobierno, en más de 1.700.000 familias, ningún miembro tiene trabajo. La tasa
de paro ha superado el 25%; el número de desempleados se acerca a los seis
millones; 800.000 desempleados más y 23.000 empresas cerradas en este año. Las
previsiones anuncian aumento y ninguna señal de recuperación económica.
La lacra del paro
acarrea otras miserias, que llevan a mucha gente a la exclusión social y a la
disminución de la riqueza. La riqueza de los hogares españoles bajó un 18,5%
hasta mediados de 2012. En España hay ya 12.741.434 personas en riesgo de
pobreza y/o exclusión (último seguimiento del indicador de riesgo de pobreza y
exclusión social 2011, del European Anti Poverty Network). Uno de cada cinco
españoles se encuentra bajo riesgo de pobreza y el riesgo crece entre la
población en edad de trabajar. Más de 2.267.000 niños y niñas viven en España
por debajo del umbral de la pobreza. Esta situación se hace insoportable.
¡Dónde nos lleva esta gente!
Los indicadores básicos
de la economía han empeorado y la economía real retrocede. El ministro del ramo
-que fue director en España de Lehman Brothers, banco estadounidense quebrado y
causante de la crisis mundial- dice que la economía española crecerá, cuando se
terminen de hacer todos los ajustes necesarios (que son recortes sociales, para
ayudar a los bancos). El ministro que decía “dejad que el país caiga, que ya lo
levantaremos nosotros”, tampoco tiene “suerte”. Ni siquiera su política de
contención del déficit público está dando resultados, ni con los “presupuestos
más sociales de la democracia”. La UE y buena parte de los analistas creen que
el déficit público a final de año estará en el entorno del 8%, cuando el
objetivo marcado por la UE es del 6,3%. La deuda pública roza el 76% y a
finales de 2013 superará el 90%. No están levantando nada, lo están hundiendo
todo, para beneficio de los que todo tienen.
La inflación tampoco está controlada, con el
perjuicio que conlleva para las economías más modestas. La subida del IVA y de
los impuestos ha contribuido decisivamente al aumento del IPC. Quienes más
soportarán la carga de este descontrol, son, sobre todo, los pensionistas y
quienes cobran el Salario Mínimo Interprofesional (la última burla del gobierno
ha sido subir un 0,6% el salario mínimo, que no llega a 3,9 € al mes). La
pérdida del valor adquisitivo, sumado a la congelación de pensiones, los pagos,
copagos y repagos en la sanidad y otros servicios públicos, hará a más gente,
más pobre. ¿Presentará la ministra Mato su particular programa
"Aktion" para dar solución al exceso de jubilados y enfermos
crónicos? Parece que cada día somos más los que sobramos y todo cabe esperarse.
Han creado el “banco malo” para sanear la
cartera de inmuebles acaparados por los bancos, nacionalizando sus pérdidas y
privatizando las ganancias.
El problema de los desahucios no está resuelto
y persigue a sus víctimas. Se han batido todos los records. Algunas personas
prefieren el suicidio digno, al padecimiento provocado por las políticas
económicas.
Los problemas
económicos son el origen del 32% de los suicidios en España (9 personas se
suicidan cada día, 3 de ellas porque no encuentran otra salida para acabar con
sus penurias económicas). Todo esto muestra la indecencia política que estamos
padeciendo.
Poco hemos podido disfrutar del incipiente
Estado de Bienestar, que los países europeos de nuestro entorno, modelaron al
finalizar la segunda guerra mundial. Hoy aquel pacto social, junto con los
equilibrios políticos y sociales se ha roto. Aquí en España también,
perjudicados por este gobierno, que ejerce el poder de manera fundamentalista,
despótica y agresiva, a la vez que autoritaria y represora.
Más pobres, más paro y
más recesión, más incertidumbre y peores expectativas de futuro; menos derechos
laborales, ciudadanos, sociales y más desprotegidos en los fundamentales. Este
es el balance de un año. Pensábamos que habíamos salido, para siempre, de las
catacumbas de esa España triste, inculta, de estraperlistas corruptos y curas
innobles. Transcurrido un año, el gobierno nos lleva a ella otra vez.
@caval100
DIARIO PROGRESISTA