26 de septiembre de 2012
El modelo capitalista está experimentando una virulenta
recesión que hunde sus raíces en las contradicciones del sistema, cuyo inicio
se expresó en la crisis de sobreproducción sin precedentes, ocurrida en el verano de 2007, agudizada por
el desplome del sector financiero, los bonos tóxicos de las “suprime” y las explosiones de las deudas públicas en
los países capitalistas más desarrollados que sufrieron el contagio.
Los fundamentos de la ideología liberal burguesa, que habían
sido predominantes en las últimas décadas, junto con los pronósticos errados o
interesados de los estrategas del capitalismo, han sido desmentidos por los
hechos. La falsa idea que habían extendido de un futuro de prosperidad
creciente, repetida con insistencia por el enorme aparato de propaganda de la
clase dominante, ha dejado paso a una
realidad del desconcierto con previsiones cada vez más sombrías y una
burguesía cobarde que está entrando en
pánico.
En el último periodo hemos observado una gran volatilidad en
el seno del movimiento obrero que se sigue profundizando. El efecto del 15-M
que expresaba la rabia acumulada por las masas en esas potentes movilizaciones,
eran contagiosas y provenían de la “primavera árabe” que se extendía, rompiendo fronteras, hasta llegar al corazón mismo de EEUU con las
movilizaciones que allí tomaron el
nombre de Ocupar Wall Street.
Este año contamos ya con miles de manifestaciones, marchas y
huelgas, como la del 25-S de ayer rodeando el Congreso, criminalizada por los
voceros del PP, con un balance provisional de 35 detenidos y más de 60 heridos,
por las cargas policiales, la masiva
marcha del 15-S a Madrid, minimizada por
los agentes del gobierno, donde cientos
de miles de trabajadores se han movilizado siguiendo la llamada de los sindicatos mayoritarios,
UGT y CCOO. Pero también hemos visto las maravillosas marchas jornaleras del
SAT, denunciando la situación de paro, miseria, desolación y hambre en la que
está hundiendo la política del PP a los trabajadores andaluces y al resto de
nuestra clase. Y la lucha de los Mineros con su marcha sobre Madrid, las
protestas de diversos sectores, por los recortes en Sanidad, en Educación y la
movilización de los demás colectivos, como el transporte, los astilleros, etc… expresan una situación social que cada
vez es más explosiva.
La huelga general llevada a cabo en Euskadi, hoy 26-S,
convocada por los sindicatos ELA y LAB, que llamaban a los trabajadores a
movilizarse bajo la consigna de “con más motivos que nunca”, ha tenido una incidencia de un 56% en la
industria, alrededor de un 75% en la enseñanza y de un 70% en la Administración
autónoma, según los organizadores. Los datos oficiales reducen esas cifras y
hablan de un 25% en la Administración pública y de un 20% en el sector privado,
pero lo cierto es que expresa también el ambiente de lucha que es general en
todos los territorios. Las juventudes
estudiantiles, a través de su
mayoritaria organización, el Sindicato
de Estudiantes, han anunciado unas
jornadas de lucha con la Huelga general de 72 horas para los días 16 al 18 de
octubre, que puede ser el inicio del recrudecimiento de la lucha de masas en el
resto del país que ponga en marcha el anunciado otoño caliente.
Pero la situación no
es solamente convulsiva en el Estado español, sino que vemos acciones similares
en Portugal, Marruecos, Siria, Libia, Chile, Canadá, América Latina y sobre
todo, las tensiones bélicas que observamos en oriente medio, entre Israel y los
países islámicos, así como la disputa de China y Japón, que están al borde del
conflicto bélico.
La situación en Cataluña, con un repunte del crecimiento del
independentismo, demuestra la bancarrota de los partidos, al no ser capaces de
dar una alternativa creíble, dado el estrecho margen que ofrece el capitalismo,
debido a la recesión cada día más profunda en la que nos sumerge, que nos encamina hacia la depresión; pero
igualmente las direcciones clásicas del movimiento obrero tampoco ofrecen
alternativas creíbles que ofrezcan confianza a los millones de trabajadores que
se hallan frustrados, indignados y sufriendo las condiciones terribles de los
recortes y del drama del paro.
El pasado 11-S, el pueblo de Cataluña celebró la DIADA,
concentrando a cientos de miles de ciudadanos que, dirigidos por la pequeña
burguesía alentada por CiU, reivindicaba el independentismo, reclamándose, en una manifestación de cientos
de miles de ciudadanos, un “nuevo Estado
de Europa”. El Presidente de la Generalidad, subido de forma oportunista a la
ola, ha adelantado las elecciones
catalanas para el 25 de Noviembre. La
cuestión nacional, tanto de Cataluña como de Euskadi, y en menor medida en Galicia
y otras zonas, sigue enconándose.
Nuestra corriente siempre se ha declarado “Federalista y
Socialista”, a la vez que hemos defendido y defendemos el “derecho de
autodeterminación de los pueblos”. Pero una cosa es el derecho legítimo y legal
a auto-determinarse y otra distinta, que se apoye la independencia porque rompería la unidad del movimiento obrero y nos
debilitaría ante la ofensiva que está llevando a cabo la burguesía contra los
trabajadores. La posición de nuestra
corriente debe ser una propuesta de caminar hacia la
“Unión voluntaria de los pueblos”, pero en líneas de clase, porque como
Socialistas, somos Internacionalistas y debemos rechazar los enfrentamientos
entre “españolistas” y “nacionalistas”.
Nuestra postura ha venido siendo proclamar el “No a la
utopía reaccionaria de la Europa de los Mercaderes”, porque los egoísmos
nacionalistas llevarán a la larga a enfrentamientos entre los pueblos, ya que al final, los nacionalismos significan
guerra, bien comercial, bien cruentas, lo que sería catastrófico. Nuestra corriente, en caso de que se produzca
la consulta de Autodeterminación, deberíamos apoyar el referéndum, pero
haríamos campaña por el No a la Independencia.
La salida a estos difíciles dilemas debe ser política, por ello
planteamos luchar por una Federación Socialista de las nacionalidades y pueblos
como parte de la Federación Socialista de Europa en vías de construir la
Confederación Socialista Mundial.
El gobierno del PP, con sus errores, sus mentiras, su falta de
unos planes a corto, medio y largo plazo que represente una salida democrática,
que utilice el voto ciudadanos para resolver los conflictos, los está
exacerbando. Además, con su desastrosa política para los trabajadores, tan aplaudida por la CEOE, los banqueros, los especuladores y evasores fiscales, se están cavando su propia fosa y derrumbándose
incluso ante sus propios votantes, pues en las recientes encuestas, el
84 % de los ciudadanos dicen estar en contra de esas políticas antisociales,
incluso un 59 % de sus propios votantes dicen estar en contra de las medidas
anti-populares tomadas por Rajoy. Las
tensiones internas del PP son terribles, uno de cuyos síntomas es la dimisión
de la ex Presidenta Aguirre, que escudándose en su mala salud, ha dado la
espantada, pero que indica en realidad las brutales tensiones que existen en el
seno del PP, entre la “derecha extrema” y “el extremo centro”.
Nosotros venimos explicando que estamos asistiendo a una
debacle alarmante del sistema capitalista; la burguesía ha entrado en pánico y
no invierte un euro para crear puestos de trabajo; no solo no invierten, sino
que en el año que va desde el mes de julio 2011
hasta junio de 2012, han salido
del país más de 340.000 millones de euros, tres veces más del “rescate”, “el
préstamo” o como quieran llamarle, que están debatiendo pedir en ayudas.
Los ciudadanos tienen claro que el Estado está siendo
utilizado por la burguesía, a través de la política de derechas del PP, para
salvar a la banca, atacando despiadadamente a los trabajadores, las capas
medias y los sectores más empobrecidos.
Estamos ante una crisis global de este podrido y degenerado
régimen burgués capitalista, donde se ha producido una ruptura muy grave de los
equilibrios entre el mundo del trabajo y el mundo del capital, de forma
unilateral, impuesta por el Gobierno del
PP, donde las conquistas del movimiento obrero de los últimos 40 años están
siendo arrasadas, pero como que la noche sigue al día, más temprano que tarde la clase trabajadora
luchará por otro tipo de “rescate”, que nos permita evadirnos de los desfalcos que estamos sufriendo a
manos de la burguesía y su gobierno del Partido Popular, exigiendo su dimisión
y conquistando un gobierno de los trabajadores.
Aunque se quiera
negar, muchos ven la situación reflejada en el espejo de Grecia, cuya situación
es dramática para los trabajadores y ese es el modelo al que nos están
arrastrando los estrategas económicos del PP con sus recortes, ataques y
contra-reformas constantes, que están llevando a la clase trabajadora a
situaciones de post-guerra, violando y atacando el “Estado social y democrático
de derecho”, que ampara la propia Constitución que es
“democrático-burguesa”, pero que no se
cumple en la medida que se violan sistemáticamente los derechos sociales que
dicen amparar, cumpliéndose solo la parte que beneficia a los poderosos
capitalistas y banqueros.
La inmensa mayoría de la población se enfrenta a una brutal
degradación de sus condiciones de vida. La respuestas de las masas, aún con la
situación de freno que en estos momentos representan las cúpulas de UGT y
CCOO, que no se atreven a lanzarse a la
ofensiva, están siendo fuertes y los grandes batallones pesados están
preparando sus músculos para luchar, lo quieran admitir o no las direcciones de
las fuerzas sindicales.
Existen ya enormes tensiones internas que están provocando
auténticos cataclismos entre la propia burocracia media que están muy alarmados
ante la carencia de una clara política sindical que marque el camino. Asimismo, los partidos políticos clásicos
están todos en crisis con problemas internos.
A cualquier sector de los trabajadores que dirijamos la mirada vemos que están
preparados y movilizados, incluso la propia Policía, los bomberos, los
maestros, los médicos, enfermeras, la minería, el transporte, los jornaleros,
los estudiantes, la pequeña burguesía, los pequeños campesinos, los
pensionistas, todos están muy radicalizados y movilizados esperando la huelga general de 48 horas, como primer
aviso para frenar al PP y se habla incluso de una huelga indefinida, si no nos
hacen caso.
La gente quiere luchar, porque saben que juntos tenemos una
fuerza irresistible, pero ven una clara falta de consistencia y firmeza en la
cúpula de los sindicatos, lo que indica
que las direcciones, no están a la altura de las circunstancias actuales, y tampoco
existen direcciones políticas que ofrezcan confianza plena, por lo que no son descartables explosiones
espontáneas por fuera de los cauces sindicales.
El descrédito en el Parlamento, en la democracia burguesa,
en las direcciones reformistas, está siendo un hecho irrefutable que señalan
todas las encuestas, dejando por los duelos a los políticos, que ven cómo se
han burocratizado, profesionalizado e incrustado en las instituciones, pero
también existe una crítica ascendente hacia la burocratización sindical, que se
tendrá que expresar a través del surgimiento de corrientes internas que
promuevan el sindicalismo más democrático, de lucha, de clase, participativo, más combativo, solidario,
rotativo, unitario y bien organizado, porque las encuestas dejan también por
los suelos a los dirigentes sindicales, aunque, en cuanto llaman a la lucha,
como el 15-S, la gente responde porque comprende que no queda otro camino que
dar la batalla.
Si el PP continúa con
su política de ataques, que será lo más probable ya que Rajoy es completamente
sumiso a las órdenes de la Canciller Merkel, las convulsiones sociales y las
acciones espontáneas, si no encuentran un cauce sindical organizado, estarán
garantizadas.
El drama se verá agudizado con la crisis de las direcciones
de las izquierdas, como estamos observando en toda Europa, con las posiciones divergentes entre el SPD y
Die Linke en Alemania, la situación del
PSF de Hollande en Francia, donde el Front de Gauche de Mélenchon les presiona,
crece y se desarrolla, la alternativa
por la izquierda de Syriza en Grecia, etc, pero asimismo con los conflictos
crecientes en EEUU entre Demócratas y Republicanos, la masacre de los Mineros
en Sudáfrica, las convulsiones independentistas y de lucha juvenil en Chile,
en Canadá, (sobre todo en Quebec), y
demás situaciones convulsivas.
La tendencia general es de una agudización de la lucha entre
las clases, y con distorsiones fuertes
en líneas nacionales, tanto en el interior de algunos estados, como entre las propias
naciones, cuyas burguesías siempre utilizan en momentos difíciles, la agitación
de las “banderas patrioteras” para desviar a los trabajadores de la cuestión
fundamental, que es la defensa de sus intereses de clase, echándonos a pelear
en plan chovinista, con nuestros hermanos de clase que tienen nuestros mismos
problemas, impuestos por el sistema capitalista, que es la causa de todos los
males y carencias que sufre la clase trabajadora.
No obstante, las masas siguen avanzando en el proceso molecular
de toma de conciencia, porque la vida enseña y están sacando conclusiones
correctas de que el sistema capitalista no les ofrece más que explotación y
sufrimiento por lo que este modelo no nos sirve. La gente discute cada día más en la calle de
política y de economía; está comprendiendo que la burguesía tiene a su gobierno
del PP para robar al pueblo en esta gran estafa que representa este
“liberalismo” donde “intervienen y nacionalizan” los bancos para provecho
propio de los capitalistas, lo que representa la negación de sus propios
principios y demuestra que el “libre mercado” es una mentira para engañar al
pueblo.
Las perspectivas de la que hemos hablado en otros trabajos
anteriores, sobre la posibilidad de una guerra comercial entre los tres núcleos
principales del imperialismo, China y su zona de influencias, Europa y los Estados Unidos de América y sus satélites,
podría pronto acercarse, porque la ralentización de la economía China, que
puede crecer este año y el siguiente en su PIB por debajo del 7 %, está creando
unas tensiones, incluso bélicas, (en principio con Japón), por la disputa de
unas islas de las cuales ambos países
reclaman su soberanía desde la II Guerra Mundial y ahora se recrudece el
conflicto. ¿Por qué estalla ahora esto
y no antes, cuando el litigio es antiguo?
¿Quizás por las tensiones económicas de sus zonas de influencias mutuas?
Por otra parte, el intento de los gobiernos europeos de
buscar una salida a la recesión y a las bancarrotas a la que se enfrentan los
países del sur, marcha de fracaso en
fracaso. La reunión reciente de los Ministros de Asuntos Exteriores plantea la
propuesta de avanzar hacia un Gobierno
Federal para Europa. En caso de llevarlo a cabo, bajo el
capitalismo, representaría la
culminación del golpe de estado financiero que han venido desarrollando a
través de la Troika, pues anularía por completo la pantomima de “democracia
burguesa”, eliminando las teóricas “soberanías nacionales”, pues en realidad
estamos bajo la dictadura de los Capitales.
El potencial de Alemania, que podría convertirse en una
superpotencia con superávit sometiendo al resto, que emularía a China, impondría sus
condiciones. Pero esa situación, en el
proceso de espiral recesiva en la que hemos entrado, agudizaría las
contradicciones en vez de resolver los problemas, pues abriría la brecha entre
los países más ricos y los más empobrecidos, caminando hacia la ruptura del
euro de forma acelerada.
Los rescates que están preparando, aunque le llamen como
quieran, expresan la bancarrota de Grecia, Portugal, Italia, el Estado español,
que en caso de declararse públicamente, haría saltar por los aires la Europa
actual, que es una situación que aterra a los estrategas y a los propios
capitalistas, porque en realidad, la esperada recuperación es imposible
teniendo en cuenta la desastrosa caída de uno de los indicadores fundamentales
para la creación de puestos de trabajo
futuros, como es la Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF), como se indica a
continuación:
Mientras que no se recuperen a tasas positivas esos
indicadores, es imposible que la tasa de creación de puestos de trabajo se
recupere, por lo que el paro continuará creciendo. Esto contribuirá, junto con los ataques, la
subida de impuestos y la inflación, a
que siga deprimiéndose el poder de compra de las masas, empujando a la baja el
comercio mundial, que seguirá descendiendo, como no puede ser de otra manera
con las políticas depresivas que aplican
los gobiernos de derechas.
Las economías de los países del sur de Europa están en
completa catástrofe y al borde de la bancarrota. Las medidas aplicadas no
resuelven la cuestión, sino que la profundizan. La insolvencia y las quiebras
aún no han terminado y las deudas astronómicas no podrán pagarse. La suma de las deudas públicas, privadas,
familiares y de la Banca, en el Estado español, supera el 400 % del PIB.
El colapso de la demanda interna es un hecho incontestable,
como consecuencia lógica que emana de los recortes, ataques a las condiciones
de vida, el paro masivo y el decrecimiento que representa la recesión, que
caminan en una espiral descendente hacia el callejón sin salida y la ruina total de las capas medias, el
empobrecimiento generalizado de la clase trabajadora y de una juventud bien preparada, que
comprueba que le han robado el futuro, padeciendo índices de paro del 55 %. El
atesoramiento en paraísos fiscales, según los últimos datos, supera ya los 32
billones de euros, lo que representaría más
de 1.600 millones de salarios durante 10 años.
Las perspectivas que traza la CEOE es que la economía no se
recuperará hasta 2026. Para el próximo 2013 dicen que el paro seguirá
aumentando. Pasaremos de los 6 millones y se superará el índice del 30 % de
desempleo. Eso es reconocer claramente la incapacidad y la bancarrota absoluta de su sistema
capitalista, que es incapaz de cumplir el cometido principal del capitalismo
como es explotar a la clase obrera. El sistema ya no funciona, pese a tener ese enorme
“ejercito de reserva de mano de obra ociosa”, que puede darles un verdadero
quebradero de cabeza, retando al sistema, cuando la juventud y las masas
trabajadoras se pongan en marcha luchando por cambiar la sociedad en busca de
su legítimo futuro, porque el capitalismo no desaparecerá por sí solo hasta que
no se consiga una fuerte unidad y organización de la clase trabajadora,
confluyendo las fuerzas sindicales y políticas en defensa de unas Propuestas
Alternativas (1) claras que contengan el programa adecuado para el giro a la
izquierda que contemple una salida genuinamente socialista a este estado de
colapso que sufre el sistema actual.
La respuesta puede iniciarse en un rechazo global, que se
expresará mediante una huelga general masiva de 48 horas, que es ya un clamor
reivindicado por las bases, que represente el cambio de tendencia pasando a la
ofensiva del movimiento obrero obligando al cambio. De lo contrario, mientras
más presión y represión acumulen y más tiempo se tarde de preparar una salida
por la izquierda, más virulenta y traumática podría ser la explosión social
cuando estalle, porque entonces se hará inevitable el cambio.
La dirección de los sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO
principalmente, pero también los demás, están siendo un freno que inmovilizan a
las masas, lo que implica un obstáculo que las bases pueden superar, y lo harán
sin duda, cuando estalle la lucha frontal cuestionando y retando al sistema.
Con sus alzas y sus bajas, el proceso de lucha de masas
provocará un cambio molecular en la toma de conciencia de la clase trabajadora
que se politizará, una vez que han superado las dos fases anteriores de polarización
y la radicalización, provocando cambios en la composición interna de las
organizaciones de izquierdas, tanto en el aspecto sindical pero también en el
político. Las direcciones se verán
forzadas a girar a la izquierda como la clase trabajadora exige o serán
apartadas por nuevos cuadros que se están fogueando en el fragor de la batalla,
porque los sectores críticos emergerán y ya se están fortaleciendo con la
robustez suficiente para tomar las riendas del proceso nuevo que se ha abierto.
Las direcciones sindicales y políticas actuales deben
comprender que la burguesía, a través de su máximo representante político en el
Estado, que es el PP, ha roto el
consenso de la transición y los realineamientos nuevos y la búsqueda de ese
nuevo equilibrio de fuerzas que están buscando,
será cada día más difícil, porque las masas impondrán su sello en los
acontecimientos. La lucha por el cambio social continuará, porque las masas
comprenderán que bajo el capitalismo no hay salida para la humanidad.
ÁREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN:
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE
(1) Ponemos a disposición de los
trabajadores de forma gratuita el documento que hemos debatido como aportación
al proceso abierto, titulado “Propuestas
Alternativas a las Conferencias del PSOE de Otoño 2012”.
Si estás interesado/da en recibirlo, escribe al correo de
abajo poniendo en asunto la palabra “Alternativa”:
is-psoe.malaga@terra.es