lunes, 25 de noviembre de 2013

Dos lobos y una oveja


LUNES, 25 DE NOVIEMBRE DE 2013

ANTONIO MIGUEL CARMONA

Que las cámaras legislativas están en decadencia ya no lo discute nadie. La búsqueda de las causas de dicha decadencia genera nuevos disensos que sirven, las más veces, para ahondar más en una decadencia cada día menos sostenible.

Se atribuye a Enrique Tierno Galván el comentario, probablemente refiriéndose a los conservadores, que la democracia son dos lobos y una oveja votando a quién se comen.

La mayoría parlamentaria del Partido Popular, tanto en el Parlamento de la Nación, en el Senado, en las asambleas autonómicas o en los Plenos municipales, se ha convertido en un rodillo que sólo genera… silencio.

Con el argumento de la legitimidad democrática son capaces de decir lo uno y lo contrario. Capaces, digo, de desmantelar el estado del bienestar o eliminar cualquier vestigio de consenso entre las fuerzas políticas.

Los dos lobos que se zampan a la oveja tienen una mayoría suficiente como para incumplir su propio programa electoral, hacer lo contrario a lo que dijeron semanas antes o llevarse por delante cualquier atisbo de buen juicio.

Los conservadores españoles son capaces, y así lo vivimos en los parlamentos, de discutir que el sol sale por la mañana o que dos y dos son cuatro. Se puede decir lo contrario, votarlo y salirse con la suya. En definitiva: zamparse a la oveja.

Ya pueden los parlamentarios de todo tipo esgrimir argumentos, muchas veces sensatos, otras exagerados. Ya pueden decir lo que quieran que los dos lobos acudan prestos a votar para zamparse democráticamente a la pobre oveja.

La oveja es usted, o, si quiere, la Constitución. O la sociedad. O la democracia. A ellos les da igual: no aportar ni un solo dato, discutir los de los demás a pesar de que les traigan fuentes y bibliografía, llevarse a sí mismos la contraria o destruir lo que tanto trabajo nos costó levantar.

Para mayor abundamiento, dominan los lobos los medios de comunicación como para que la mayoría de estos expliquen en sus crónicas lo malvada que era la oveja que, fíjense ustedes, hubo que votar y se la tuvieron que comer.

Pero llegará el día en el que las ovejas sean más que los lobos. Ese día las ovejas serán respetuosas, democráticas, reformistas, harán cambios en la sociedad, mientras los lobos, como otras veces, esperarán pacientes a tener de nuevo la mayoría y volverse a comer a las ovejas.  @AntonioMiguelC

DIARIO PROGRESISTA