domingo, 12 de enero de 2014

El desmantelamiento de la Democracia en dos años

DOMINGO, 12 DE ENERO DE 2014
ALEJANDRO ESPÍ
Los herederos del franquismo ya están aquí, bien lo sabemos. Aquellos que se vanagloriaban de centristas, moderados y otra serie de infundios con los que pretendían echar un velo que ocultara su creencia, sentir e ideología, no han podido evitar mostrar su rancio raciocinio en cuanto en sus manos estaba la toma de decisiones.
Decía Jean-Paul Sartre que el fascismo no es definido por el número de sus víctimas, sino por la manera en que les mata. Extrapolando a la actual democracia con el tufo dictatorial del Gobierno del Partido Popular, podríamos adaptar la afirmación a que el fascismo no es definido por el número asesinatos, sino por el fusilamiento de los derechos y libertades democráticas de los ciudadanos, sin tapujos ni desazones.
Con esta derecha insensible y capaz de todo, España está inmersa en un proceso continuado de retorno a la época más oscura y miserable de nuestra historia reciente. Ello enmascarado en lo que denominan “el mayor proceso reformista de la democracia”, que realmente esconde una vuelta atrás. Proceso donde la crisis es el marco y la escusa perfecta para desmontar paulatinamente algo en lo que nunca creyeron: un estado democrático, de derecho y de bienestar asentado en la igualdad ciudadana, la libertad y los derechos humanos. Y sino, lean con atención y recuerden atentamente, cada una de las decisiones de este gobierno desalmado, entenderán el porqué.
La educación es el pilar base de toda sociedad, también de aquellas adoctrinadas y embaucadas bajo unos valores deplorables. Ellos nos ofrecen la LOMCE, su ley de educación, que de entrada contaba y cuenta con el rechazo de toda la comunidad educativa. Con esta Ley, que perfectamente podría llamarse Ley de Ordeno y Mando de la Conferencia Episcopal, la religión vuelve a la cúspide, se premia a los colegios que disgreguen por sexos, se elimina la educación para la ciudadanía que educa en valores cívicos y sociales e introducen reválidas para ir eliminando del sistema a los que necesitan un poco más de apoyo.
Que nuca creyeron en la igualdad de oportunidades siempre lo supimos. Ahora, lo lamentamos. Han recortado cientos de millones de euros en educación, desmantelando por completo el sistema de becas a la par que han subido las tasas universitarias. Consiguen con esto que estudie quien pueda pagárselo, un principio sustancial en una mente arcaica. Todo ello un símil con la educación en tiempos de la España negra. El fin supremo; volver a entregar a la religión el negocio de la educación para educar en el catolicismo.
Los derechos laborales han sido otra máxima a liquidar por este Gobierno de dudoso sentir democrático. Con su perversa reforma laboral, abarataron el despedido, precarizaron el mercado laboral, y han reventado el convenio colectivo, expulsando a los sindicatos de la negociación colectiva y dejando únicamente en manos del empresario la modificación de las condiciones del trabajo. Una reforma ofensiva que atenta contra los derechos laborales, con una agresividad casi ni vista en el franquismo en el ámbito laboral.
El derecho universal de acceso a la sanidad es ya leyenda. Este Gobierno ha violado el principio de sanidad pública y universal introduciendo copagos farmacéuticos y lo más grave, expulsando a los inmigrantes del sistema sanitario. Una medida xenófoba, criminal y absolutamente retrógrada, de mentes ancladas en el clericalismo y en la España pasada. Su pretensión no es otra que entregar al negocio privado la salud de tod@s, si no que se lo digan a los madrileños o valencianos. Lógico parece, por ende, que se nieguen a eliminar las cuchillas de la valla de Melilla con el consecuente daño que causa a quienes la intentan cruzar en busca de una oportunidad en Europa.
En la primera de cambio fulminaron la Ley de Dependencia, una ley moderna, avanzada, reconocedora de derechos a un colectivo marginado y ninguneado desde el Franquismo, aquellos que por enfermedad necesitan depender de otras personas para desenvolverse en su día a día. El PP la ha desmantelado, retornando a la situación de antes; las mujeres en los hogares cuidando de los enfermos y mayores. Una realidad cruel, que se esconde bajo este aniquilamiento injustificado y doloroso que refleja sus convicciones morales.
Como no puede ser de otra manera, un régimen tiene consigo un manipulado, sesgado y limitado poder judicial. El Partido Popular ha subido las tasas judiciales a niveles históricos, para que antes de recurrir una sentencia o de acudir a la justicia, te lo plantees o directamente no puedas realizarlo, lo que se interpreta como una justicia para ricos, o lo que es lo mismo, para ellos. Otra de esas medidas, que sin consultar con nadie y con alevosía, aprueban, teniendo en su contra a todo el conjunto del poder judicial. También hemos visto, cómo los jueces que les molesta, acaban en la cárcel o inhabilitados. Veremos cómo acaba la investigación de Ruz, y él. Todo muy democrático.
Naturalmente, visto lo anterior, no les interesa que se siga conociendo las vergüenzas de sus antepasados en el Franquismo, por ello boicotean y se burlan de la Ley de Memoria Histórica. Su pensamiento sobre la recuperación y reparación de la memoria la encontramos directamente de boca del propio Rafael Hernando, quien afirmó que “algunos se han acordado de su padre cuando había subvenciones para encontrarlo”. Una miserable y desgraciada afirmación que resume lo que cree el PP de los muertos de la dictadura.
Aquello escrito en la Constitución sobre el derecho a la vivienda, nunca debieron entenderlo. Se han negado a paralizar los desahucios, teniendo enfrente al resto de partidos políticos, organizaciones y sociedad. No han tenido la dignidad de mover ficha para ponerse de lado del pueblo y alzar la voz contra sus cómplices banqueros ante esta inhumana actuación.
Con este dudoso gobierno democrático la brecha entre pobres y ricos se ha aumentado. Las diferencias sociales han crecido estrepitosamente. Esto ha traído consigo más pobreza al país, hasta niveles nunca vistos en democracia; pobreza infantil en el 26’7% y 3 millones de españoles en la pobreza absoluta. Para más inri se dedican en Ayuntamientos y Comunidades a multar y/o criminalizar a quienes no les queda otra que buscar en la calle y contenedores para sobrevivir. Además han rechazado en el Congreso la iniciativa de evitar que se le pueda cortar la luz a ninguna familia. Vuelve el hambre, como en aquellos tiempos, y se niegan a frenarla.

La censura a los medios no puede quedar eximida en el ideario de retrógrados dirigentes como los del Gobierno popular. Han creado una ‘Ley mordaza’ para los periodistas. Ahora las preguntas en rueda de prensa en Moncloa, son escogidas y encorsetadas previamente. Ya hemos visto al propio Presidente del Gobierno leer las respuestas sin ni siquiera dignarse al disimulo. Eso cuando responden, porque en declaraciones públicas en Génova no suelen aceptar preguntas. Además, el escándalo supremo ha sido el cierre de la primera televisión autonómica de España, de un feudo del PP, Radio Televisión Valenciana, tras haberla manipulado y quebrantado hasta niveles impensables.
Un Gobierno con tal ideario no puede creer de ninguna de las maneras en la ciencia, en el progreso, en la investigación. Un gobierno de un Estado que se presuponía avanzado, que no solo no apuesta sino que además recorta en I+D+I, deja ver su anticuada mentalidad y anhelo de regreso en el tiempo. No se concibe el futuro de la humanidad sin continuar invirtiendo en investigación, en desarrollo y en innovación que repercutirá en una mejora de nuestra calidad de vida y un progreso de toda la sociedad. El PP se opone.
Su guinda a este paulatino regreso a la España oscura y represora es su nueva contrarreforma del Aborto, que retrocede a España 50 años. Una ley que acaba con la libertad de decidir de las mujeres para volverlas a someter al dictado y decisión de otros. Su doble moralidad no tiene límites, nuevamente, las ricas se lo pagan y las pobres se desangran. Una reforma que supone el guiño más evidente a su electorado extremo y ultra católico, y que nuevamente nos deja fuera de Europa. Otro gesto derechista, sectario, donde ocurrirá lo mismo que en tiempos de Paco, las hijas de ellos a Londres o a clínicas que se pueden permitir. Esa doble moral de esta derecha rancia que nos Gobierna y está dejando ver su peor cara.
Para “más democracia”, nos hablan de una posible Ley de Servicios Mínimos, es decir, una ley de huelga encubierta. Porque nunca creyeron en la protesta, en el derecho de huelga de los trabajadores y de las clases menos pudientes. Visto todo lo anterior, temblad ante lo que nos puede deparar esta nueva odiosa propuesta, porque, aunque les cueste reconocerlo, tampoco creen en este derecho tal y como está concebido.
Como probablemente te indigne todo lo anterior, especialmente si eres una persona educada en valores cívicos, sociales, democráticos y de igualdad, es decir, absolutamente lo opuesto a la suya, te vas a manifestar. Qué sería de un régimen vigilado y controlado sin una represión ciudadana. También nos la han servido. El Gobierno elabora una Ley de represión a la antigua usanza, que limita derecho de manifestación y expresión y que sanciona y reprime al ciudadano. Una auténtica vergüenza que no tiene cabida, sentido ni razón de ser en una democracia. Pretenden introducir el miedo en la ciudadanía para que en lo último que piensen es en salir a manifestarse en defensa de esos derechos que también les han quitado. Una ley que podemos equiparar a la de vagos y maleantes o la de Orden Público del Franquismo. Recientemente hemos visto publicado en el BOE que el Ministerio de Interior adquiere por 400.000€ un camión con cañón de agua para dispersar manifestantes. Lo siguiente será vestir de gris a la policía.
Tampoco han creído jamás en el municipalismo ni en los Ayuntamientos como administración más próxima al ciudadano. Por ello en su nueva Ley de Reforma de las Administraciones reducen las competencias básicas de los municipios, entre ellas los Servicios Sociales, pieza fundamental en estos momentos en todos los consistorios. Querrían volver a sustituir los políticos por tecnócratas, porque les incomoda la figura del Alcalde electo. El propio contenido de la Ley no habla de ciudadanos sino que se refiere a éstos en terminología económica y mercantilista. Otro despropósito y atentado a la democracia. Su sentido de Estado sigue estructurado en el centralismo antidemocrático de la dictadura y su no apuesta por el municipalismo como administraciones más conectadas a la ciudadanía.
Su oposición abierta al matrimonio homosexual y a todo el colectivo LGTB en general es una evidencia manifiesta de su homofobia y clasismo. Se opusieron también a la Ley de Igualdad de Zapatero, puesto que nunca creyeron en ella, firme reflejo del machismo imperante en sus valores.
A todo lo desgranado anteriormente cabe sumarle el cierre de organismos como el Consejo de la Juventud de España, el fin a las ayudas a la emancipación de los jóvenes, los intentos antidemocráticos de reducir diputados en parlamentos autonómicos como medida caciquil para afianzarse en el poder. Las constantes privatizaciones de todo servicio público posible para favorecer a sus empresas y amigos, que juntos acaban dando sentido a “Gürteles”, “Brugales”, “Barcenas”..etc. Y como no, su poda ahora al sistema público de pensiones, del que tampoco creen.
En definitiva, bajo el discurso de la austeridad, nos desmontan, delante de nuestros ojos, nuestro sistema democrático y de bienestar, ideado para progresar y hacerlo mejorar. Están embaucando a la ciudadanía que a su vez asiste perpleja al desmantelamiento de las garantías, derechos y libertades que la sociedad española ha construido junto a gobiernos progresistas y que parecía que nunca se volverían atrás.
Se camuflan bajo términos que ni entienden. Tolerancia, libertad, respeto, democracia, todo ello maquillaje que de ninguna de las maneras se corresponde con sus acciones ni decisiones. Obras son labores y no amores.
Esta derecha no es europeísta ni moderna, como en la mayoría países europeos. Es una derecha conservadora anclada en los valores, creencias y pensamientos franquistas y ultra católicos. Donde su máxima es devolver a la mujer de donde nunca creen que debió marchar, del hogar. Además, desean volver a educar en los valores del catolicismo. Retornar a un país de clases, con oportunidades para las clases altas y miseria para las bajas. Un país donde los derechos no existan, las libertades vengan limitadas y la justicia esté corrompida. Y digo esto, deducido de todas y cada una de las decisiones arriba descritas. No lo pienso sin más, lo extraigo del espíritu de tanta retrógrada ley.
Todas ellas forman una sinvergonzonería inclasificable, un atentado directo a la ciudadanía de este país, un retraso sin precedente, una burla a la inteligencia de un pueblo progresista y en pro de la igualdad y que nos deja un claro aviso a todos; paremos a esta derecha que viene dispuesta a reventar nuestro sistema democrático, público, de bienestar y de derecho.
Fin de la cita
DIARIO PROGRESISTA.