VIERNES, 18 DE OCTUBRE DE 2013
MARIO SALVATIERRA
El documento marco de
la Conferencia Política se titula Ganarse el futuro. Primer dato: mientras el
PSOE intenta ganar el futuro, la derecha, tanto en España como en Europa,
"gestiona el presente". ¿Por qué? Porque la izquierda ha sido incapaz
de superar los marcos nacionales, es decir, no ha sabido explicar a la opinión
pública europea que la salida de la crisis financiera y del euro únicamente se
resuelve a través de un potente mecanismo de "solidaridad
compartida".
La estrategia de la
derecha ha sido, como siempre, poner el acento en las identidades nacionales
(soberanía nacional) y, por tanto, se ha esforzado en persuadir a "los
suyos" de que introduciendo políticas solidarias destinadas a "los
otros" atenta contra sus intereses nacionales. Una Europa del Norte rica,
acreedora y virtuosa no quiere contraer el riesgo de poner en práctica políticas
de solidaridad, no vaya a ser que la Europa del Sur pobre, deudora y corrupta
se resista a erradicar sus desmanes internos. Por ello, se han ocupado en
fertilizar el sentimiento popular de que si somos altruistas con
"ellos" y sacrificamos "nuestro" interés en beneficio de
"ellos", entonces no cumplirán "sus" sacrificios, evitarán
asumir "sus" responsabilidades. En suma, la opción de la derecha ha
sido enmarcar el conflicto en la lucha entre naciones, el viejo recurso de
"nación contra nación", en re-nacionalizar la salida de la crisis.
Sin embargo, si alguien
se toma el trabajo de leer, por ejemplo, el reciente libro de Rafael Poch,
Carmela Negrete y Ángel Ferrero, La quinta Alemania, comprobará con datos
innegables la fortísima involución sociolaboral que padecen los trabajadores
alemanes desde hace una década. Más de seis millones de alemanes trabajan en
condiciones de precariedad y el nivel de desigualdad social no deja de
aumentar. Es decir, si restamos las barreras culturales e idiomáticas, un trabajador
alemán con contrato tipo minijobs tiene más en común con un trabajador español
o portugués que con su compatriota director financiero del Deutsche Bank. ¿Por
qué entonces la izquierda, en vez de plegarse al combate de "nación contra
nación", no pone el foco en el conflicto "ganadores contra
perdedores"? Somos conscientes de que la verdadera batalla se libra aquí
y, en consecuencia, la solución de la crisis también debe abordarse desde la
óptica de lucha de clases. Europa no sólo se compone de Estados-naciones,
también la integran clases sociales. Un español rico y un alemán rico comparten
los mismos intereses: mantener los paraísos fiscales, pagar el mínimo de
impuestos, privatizar los servicios sociales, reducir el papel del Estado a su
mínima expresión, etc. Hace falta que la izquierda sepa contrarrestar el
discurso de la derecha de "nación versus nación" con el relato de
"clase versus clase" o, si se quiere expresar de otro modo,
"perdedores contra ganadores".
¿Sostiene algo parecido
el documento marco de la Conferencia Política? No; al contrario, propone un
proyecto federal para Europa sin tener en cuenta el papel de Alemania e intenta
zafarse del trilema de Rodrik: tener simultáneamente democracia, soberanía
nacional y globalización económica. Académicamente todo ello es interesante
pero hasta que no exista la comprensión elemental de que esto va de "clase
contra clase" la izquierda continuará siendo irrelevante.
Otro tanto ocurre en el
documento marco cuando aborda la cuestión nacional. En España estamos ante un
choque entre dos nacionalismos: el español y el catalán. El primero se aferra
al inmovilismo y el segundo proclama el independentismo. ¿Por qué el PSOE va a
estar obligado a optar entre uno u otro bando? Hay una opción alternativa: combatir
a los nacionalismos desde una perspectiva federalista. Pero la propuesta
federalista tiene que apoyarse en una alianza de las izquierdas: es necesario
plantear un frente común entre el PSOE, IU, CC.OO, UGT y los movimientos
sociales, tanto a nivel nacional como en el ámbito territorial (PSC, ICV,
etc.). Ese bloque de izquierdas no independentista puede poner sobre la mesa
las siguientes propuestas: 1) avanzar hacia un modelo de Federalismo
Plurinacional y Cooperativo, 2) reconocer que las nacionalidades históricas
tienen que tener un reconocimiento explícito en la Constitución sin que el
derecho a la diferencia suponga una diferencia de derechos entre los/as
ciudadanos/as, 3) aceptar el derecho a decidir una vez modificada la Carta
Magna, de este modo se evita la encerrona nacionalista de convocar la consulta
dentro de los parámetros de la actual Constitución, 4) blindar
constitucionalmente los derechos sociales (sanidad, educación, empleo,
pensiones y vivienda), 5) modificar la ley electoral para que las
circunscripciones electorales no sean las provincias sino las regiones y 6)
reformar el senado para que realmente sea una cámara territorial. Estos serían
puntos básicos para una alianza de la izquierda en su conjunto.
¿Ofrece el documento
marco de la Conferencia Política un proyecto de unidad de las izquierdas para
enfrentarnos al nacionalismo españolista y a los nacionalismos periféricos? No,
el PSOE continúa anclado en la creencia de ser el "partido
hegemónico" de la izquierda como si en la actualidad pudiera gobernar
contando con sus propias fuerzas. ¿En qué territorio el PSOE puede gobernar con
mayoría absoluta?
Por último, y no menos
relevante, ¿qué dice el documento marco del proceso de primarias para elegir
candidato/a a la Presidencia del Gobierno? Poca cosa, pero sobre todo deja en
manos del Comité Federal fijar el calendario, esto es, los participantes de la
Conferencia Política no tienen autoridad orgánica para establecer una fecha. En
definitiva, el aparato del PSOE maniobra para que las primarias sean en el año
2015. Espero que en la Conferencia Política se manifieste el clamor general de
celebrarlas en el 2014.
Para ganarse el futuro es urgente corregir el
presente y no prorrogar los errores del pasado. Sólo así enfilaremos el camino
de la credibilidad.
DIARIO PROGRESISTA