domingo, 26 de agosto de 2012

El gobierno de Rajoy enfrentado

Domingo, 26 de Agosto de 2012 08:21

CDR

"Estoy muy contento con mi Gobierno. Está haciendo un trabajo enorme. Estoy orgulloso de cómo se ha comportado". Las palabras del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, son recientes, del 3 de agosto, cuando fue preguntado por la posibilidad de una inminente remodelación del Ejecutivo. Ese cambio de Gobierno, que corría como rumor por todas las redacciones, tenía una justificación: la necesidad de un vicepresidente económico que acabara con las tensiones entre los ministros de Economía y de Hacienda.

El enfrentamiento público que protagonizaron esta semana el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, y el de Industria, José Manuel Soria, no es el primero en el Gobierno. De Guindos y Montoro son expertos, y hasta se les ha podido ver en el Congreso manteniendo una fuerte discusión de escaño a escaño. Enfrentamientos en un Ejecutivo que no está tan bien avenido como quiere hacer creer Rajoy.

Los choques que tienen como protagonistas a De Guindos, Montoro o Soria no son los únicos, y los que se producen entre los ministros y el partido se han sucedido desde el primer día de Gobierno, aunque el punto álgido haya sido el que protagonizan estos días el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, con Jaime Mayor Oreja, a cuenta de la concesión del tercer grado penitenciario al secuestrador de Ortega Lara.

Antes, los presidentes autonómicos del PP se enfrentaron al ministro de Hacienda por el déficit, aunque Rajoy consiguió acallar la discrepancia. Ahora, una nueva guerra está en ciernes. Al PP no le ha gustado nada la modificación que pretende el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, de la ley del Aborto. No estaba así perfilada en el programa, le recuerdan.

Montoro y De Guindos. El enfrentamiento entre los dos ministros se produjo, dicen en el Gobierno, en el mismo momento en que Rajoy decidió separar las carteras de Economía y de Hacienda y no nombrar un vicepresidente económico. Rajoy tomó posesión el 20 de diciembre como presidente, y el primer enfrentamiento que se les conoce es del 27, en vísperas de aprobar el primer paquete de recortes que incluyó una subida del IRPF. Mientras De Guindos sí daba cifras del importante recorte, Montoro le desmentía y obligaba al ministro de Economía a desdecirse. Desde ese momento, han sido más las desavenencias que los acuerdos, y ello ha obligado al jefe del Ejecutivo a tomar partido. La mayoría de las veces lo ha hecho a favor de De Guindos, y eso también ha dolido. Sobre todo, cuando la decisión fue la nacionalización de Bankia, lo que defendía el ministro de Economía, y no aplicar el plan que había presentado Rodrigo Rato, y que apoyaba Montoro. En ese momento, el PP se puso del lado de Montoro y de Rato: "Son de los nuestros -decían-, y no De Guindos".

Hasta Aznar hizo saber su malestar, quizá por eso no es de extrañar que dos economistas colaboradores de la FAES, Luis Garicano y Jesús Fernández Villaverde, todavía esta semana hayan escrito un artículo en el Financial Times contra la política económica de De Guindos y Rajoy.

Hispanobonos. La creación o no de los hispanobonos es quizá una de las peleas en las que De Guindos y Montoro han jugado más sucio y han utilizado también a la prensa para conseguir sus objetivos. El ministro de Economía era partidario de ellos, y convocó deprisa y corriendo una reunión con responsables de los medios de comunicación para anunciar la inmediata aprobación de los hispanobonos. Pocas horas después, el ministro responsable de su existencia, Cristóbal Montoro, desmentía en el Congreso que fuera a haberlos y anunciaba otra medida que suponía que la deuda no se mancomunara, y que aprobaría dos días después el Consejo de Ministros. Pero se fue retrasando y retrasando, por la pelea entre los ministros, aunque al final ganó, extrañamente, Montoro.

Y en medio, Nadal. Los dos ministros, a falta de vicepresidente, han encontrado en el jefe de la Oficina Económica de la Presidencia del gobierno, Álvaro Nadal, la tabla de salvación en unos casos; la persona sobre la que presionar en otros, y ese vicepresidente que no existe la mayoría de las veces. Nadal, número dos de Montoro en el PP durante la etapa de la oposición, no siempre ha dado la razón a su exjefe y más de una vez se ha inclinado por De Guindos. Nadal acompaña siempre al presidente en sus viajes a Europa, participa en las negociaciones y es de los que tienen hilo directo con Alemania. Esa es la gran diferencia con Montoro, él no viaja a Europa, no tiene que llegar a acuerdos con los socios europeos.

De Guindos y... Hay una enorme lista de los choques entre Montoro y De Guindos, con un ministro de Economía que ha ganado casi siempre y un ministro de Hacienda que se ha vengado siempre que ha podido, como hizo poniendo trabas al plan de De Guindos para facilitar la dación en pago. La subida del IVA también les enfrentó, hasta si debía ponerse cifra, en julio pasado, a los recortes, a lo que se negaba el titular de Hacienda. Pero De Guindos no sólo ha chocado con Montoro. El titular de Economía ha tenido encontronazos con el titular de Industria, José Manuel Soria, y con el responsable de Exteriores, José Manuel García Margallo, a cuenta de la Marca España. La reunión que mantuvo el ministro de Exteriores con los más importantes empresarios españoles, apenas una semana después de que lo hiciera De Guindos, sin que Margallo fuera invitado, no sentó nada bien en el palacio de Santa Cruz.

La bronca de Esperanza. Si se ha visto discutir a los ministros de Hacienda e Industria en público, o a los de Economía y Hacienda en privado pero ante las cámaras, a nadie le pasó desapercibida la bronca que echó la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, al ministro Luis de Guindos, a quien ya le tenía ganas desde la nacionalización de Bankia. A Aguirre no le había gustado que el titular de Economía echara la culpa de la desviación del déficit a las autonomías y las llamara poco menos que manirrotas, cuando la presidenta madrileña lleva a gala lo saneadas que tiene las cuentas. De Guindos, otrora compañero en la FAES, tuvo que tragarse la bronca de una presidenta que no se corta un pelo y le cantó las cuarenta sin que le importara la presencia de las cámaras, mientras él ponía cara de circunstancias.

La reforma eléctrica. El enfrentamiento público llegó este mes de agosto, y parece que de forma intencionada, lo que ha vuelto a poner en evidencia las desavenencias del equipo económico. El ministro de Industria, José Manuel Soria, sabedor de la oposición del titular de Hacienda a aprobar su propuesta de reforma del sector eléctrico, decidió darla por hecha y contársela a la prensa. Y esa intervención provocó la respuesta de Montoro en una entrevista de prensa: "Han decidido airear esta idea en los medios, pero yo tengo la última palabra en la creación de impuestos, y no hay nada más que decir". Montoro se refería a las tasas especiales para las energías renovables que contenía la reforma de Soria.

Fernández-Mayor. Casi al mismo tiempo, el ministro del Interior, Jorge Fernández, y uno de sus antecesores en el cargo, el emblemático ministro del Interior del PP con Aznar, Jaime Mayor Oreja, se enfrentaban también a través de los medios de comunicación. La decisión del Gobierno de conceder el tercer grado penitenciario al etarra Uribetxeberria fue contestada por Mayor Oreja acusando al Gobierno de fortalecer a ETA y favorecer la estrategia de la banda terrorista. Una crítica a la que se sumó la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre. Fernández no se quedó callado, y en cuanto pudo respondió a su antecesor, y no para intentar zanjar la polémica, sino para rebatir cada una de las acusaciones. Contestó al exministro que lo único que hizo fue aplicar una ley que, mira por dónde, había aprobado Mayor Oreja durante su mandato, y que lo contrario hubiera sido prevaricar. Fernández, además, recordó a Mayor Oreja que él dio el tercer grado a 18 etarras.

Y llega el aborto. El enfrentamiento en el PP por el anuncio de la reforma de la ley del aborto que ha hecho el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, es todavía soterrado. Apenas una declaración del portavoz adjunto del grupo popular en el Congreso de los Diputados, Rafael Hernando, reivindicando la ley del aborto del 85, es la única que se ha opuesto en público a la pretensión del ministro de no sólo acabar con la ley de plazos, sino también suprimir uno de los supuestos que contenía la ley del 85, el de malformación del feto.

Pero ya hay diputados que no se esconden a la hora de afirmar que si el ministro al final lleva al Congreso esa reforma, no la votarán. El PP ha hecho llegar al Gobierno que el programa con el que se presentaron a las elecciones no decía nada de eso, y el compromiso de Rajoy pasaba por impedir que las menores de 16 años pudieran abortar sin el permiso de los padres. Recuerdan en el Partido Popular que lo que Mariano Rajoy decía en la campaña es que volvería a la ley del 85.
EXTREMADURA PROGRESISTA