MARTES, 11 DE SEPTIEMBRE DE 2012 JOSÉ LUIS GÓMEZ-OCAÑA
Los acontecimientos en los últimos meses se suceden con tal rapidez que lo que hoy es noticia, lo que hoy debería ser motivo de escándalo, al día siguiente queda en el más absoluto de los olvidos.
Actuaciones de los “adalides del liberalismo más duro e inhumano" que debieran levantar ampollas, que debieran golpear la conciencia de toda la sociedad pasan a convertirse, bajo el manto de una crisis cargada sobre los hombros de quienes no tienen responsabilidad alguna, en una consecuencia "lógica" de todo el "despilfarro" cometido por los parados, docentes, funcionarios, sanitarios Y SOBRE TODO DEPENDIENTES.
La austeridad, para los otros por supuesto, el control del gasto, el despilfarro, la herencia, los mercados, la deuda.etc, etc. son la excusa perfecta, la coartada soñada por los Rajoys, Cospedales, Aguirres, Montoros, Tirados, Gallardones, Guindos, Matos y demás especímenes, dignos herederos del Fuero de los Españoles, para implantar en nuestro País un modelo de sociedad propia de los años sesenta, la sociedad reflejada en la novela Los Santos Inocentes. Una sociedad de señoritos y sirvientes, una sociedad sin derechos al servicio incondicional de los "nacidos de buena cuna", una sociedad en la que los "elegidos" por el dedo divino se sienten con el derecho de decidir sobre la vida del resto amparándose en el uso torticero y oportunista de un poder otorgado por los ciudadanos que utilizan según les convenga en cada momento.
Asesinato premeditado y con nocturnidad de la Ley de Dependencia por parte de la Sra. Mato y la Sra. Cospedal con un ahorro de 700 millones de euros para las arcas públicas y sin embargo subvenciones que salen en última instancia de los mismos bolsillos que los 600 millones de euros para los espectáculos taurinos. Sin entrar en disquisiciones sobre los mismos parece, cuando menos INMORAL, dar la misma importancia económica a salvar ganaderías que a salvar la vida de, por ejemplo, mi amigo Teo, parapléjico y enfermo de cáncer con dos hijos menores grandes dependientes, sin más ingresos ni posibilidades de tenerlos que los recibidos por la ley de Dependencia y que después de su derogación ya ha manifestado públicamente en varias ocasiones su firme propósito de llegar a un suicidio colectivo de su familia antes que verlos tirados en la calle. Quizás si lo realizaran en una plaza de toros con las cámaras de TVE o RTV Castilla-La Mancha en directo tuvieran alguna posibilidad de ser incluidos en los gastos destinados a la “Fiesta Nacional”. Sra. Mato y Sra. Cospedal, avisadas están.
Lección de "moral" del Sr. Gallardón sobre llevar a término los embarazos de fetos con enfermedades terribles, enfermedades que ni siquiera puede llegar a imaginar, con deformaciones incompatibles con una vida digna para una vez hayan nacidos aplicar la máxima del Sr. Aznar, el bienestar social es uno de los problemas del País , aparcando desde ese momento los "criterios morales" para aplicar los "criterios económicos" de los que considera seres improductivos, seres inferiores que no merecen que el Estado gaste en ellos lo que puede gastar en ganaderías taurinas. Es más, seguramente la intención del Sr. Gallardón, del Sr. Rajoy, de la Sra. Mato, de la Sra. Cospedal sea tener sirvientes como los personajes de la novela de Miguel Delibes "Los Santos Inocentes", tener Azarías, Paco el Bajo, Régulas, Nieves, seres inferiores, sin sentimientos, sin derechos, tratados como deshechos cuyo único futuro sea cuidar las Fincas y Cigarrales de los Sres. que tienen a bien permitir su presencia ante ellos y echarles las sobras que magnánimamente les permiten sobrevivir. Este camino ya lo ha iniciado la Sra. (de) Cospedal en Castilla-La Mancha reuniendo a todos los niños con discapacidad en un mismo Centro. Quizás el paso siguiente sea levantar muros para evitar que la gente de “alta alcurnia” puedan molestarse simplemente con su visión.
Sin embargo, todos estos "salvadores de la patria", toda esta "casta privilegiada" que se aprovecha de una democracia que utiliza de forma tan sui géneris no debería olvidar el final de la obra de Delibes, no deberían olvidar a Azarías. Desde aquí invito a los lectores a descubrir ese desenlace.
DIARIO PROGRESISTA
