jueves, 18 de abril de 2013

Indecencia moral


JUEVES, 18 DE ABRIL DE 2013

MARTU GARROTE

 Ayer, en una macabra competición por ser el político del Partido Popular que más y mayores barbaridades decía, María Dolores de Cospedal afirmó que los votantes de su partido se apretaban el cinturón para pagar la hipoteca mientras que otros utilizaban excusas vagas para no hacerlo. Al mismo tiempo el ínclito Martinez Pujalte llegaba a decir que muchos afectados por las hipotecas pedían la dación en pago para poder comprarse otra vivienda.

A la indecencia moral de quienes hacen estas declaraciones desde sus enormes sueldos, sobresueldos serie B por cortesía de Bárcenas, familiares bien colocados, prebendas repartidas entre los íntimos y pensiones de jubilación blindadas, hay que sumar la del partido que los ampara y la de los votantes que sufriendo en sus carnes la crudeza de esta crisis, aun los defienden.

Además de indecentes, estas afirmaciones son rotundamente falsas. En España, lo último que se deja de pagar es la hipoteca. Hay numerosos informes que avalan lo que acabo de decir, pero además la experiencia empírica de cada uno de nosotros sabe que sacrificamos casi cualquier cosa para seguir pagando al banco y no perder el techo bajo el que se cobija nuestro proyecto de vida: parejas, hijos, padres, hermanos, en suma, lo más querido.

 Todos tenemos en la retina imágenes de niños y ancianos llorando, de adultos impotentes ante la llegada de la comisión judicial que viene a ejecutar su sentencia de muerte con el lanzamiento de sus hogares. Octogenarios que no tienen dónde ir porque su desahucio es consecuencia de haber avalado la compra de la vivienda de un hijo al que previamente ya le han desahuciado. Niños que por haber cumplido 3 años pueden ser privados de una vivienda donde crecer y desarrollarse como españoles de bien. Mujeres solas que no pueden hacer frente a los pagos porque sus ex maridos no pagan las pensiones a las que vienen obligados y que saben que los Servicios Sociales les quitarán a sus hijos por no atenderlos debidamente...

Estos son los españoles que según Cospedal no se han apretado lo suficiente el cinturón o quieren cambiar caprichosamente de vivienda según Martinez Pujalte. Estos no son votantes del PP, porque según su Presidenta ellos dejan de comer antes que de pagar sus hipotecas.

Todos me habéis leído dudar sobre la idoneidad de realizar protestas en los domicilios de los políticos, los llamados escraches, porque rozan las líneas rojas del derecho a la intimidad, a la inviolabilidad del domicilio y porque habiendo un espacio público suficiente en el que abordarlos, su vivienda no me parecía el lugar adecuado. A la vista de estas declaraciones creo más que justificado perseguir a los populares por tierra, mar y aire hasta hacerles comprender que están ahí porque nosotros lo hemos decidido y con el único fin de actuar en interés de todos, en defensa del bien común.

 Si los que tienen que velar por nosotros, nuestro Gobierno, no nos consideran de los suyos. Si el ejecutivo del Partido Popular ha decidido abandonar a su suerte a los afectados por las abusivas hipotecas que el sistema financiero nos impuso. Si para el Gobierno hay dos clases de niños españoles, los hijos de sus votantes para los que legislan y por los que se preocupan y sufren, y el resto de nuestros hijos, que pueden pasar hambre y frio y verse en la calle. Entonces estamos en guerra y el PP es el enemigo. Defenderemos a los nuestros con todas las armas que el sistema democrático y legal ponga en nuestras manos. Somos muchos, muchísimos y estamos más que hartos.

DIARIO PROGRESISTA