lunes, 28 de octubre de 2013

El día que dejaron de hablar de ETA


LUNES, 28 DE OCTUBRE DE 2013

ANTONIO MIGUEL CARMONA

Algunos dirigentes de la derecha, algunos, además de sufrir como todo el mundo decente la lacra del terrorismo, utilizan el dolor de las víctimas y el daño de una sociedad que trata de aliviar el dolor, para su propia propaganda.

No dejaron de hablar de ETA cuando durante el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero se acabó con el terrorismo en España tras cincuenta años de dolor y pena, de angustia y luto, de funerales y tragedias.

Dejaron de hablar de ETA, sin embargo, cuando dejó de servirles como arma arrojadiza. Dejaron de hablar de ETA, no desde que la banda cesó su actividad, sino cuando alcanzaron el poder y se encontraron de nuevo en el Palacio de la Moncloa.

 Ahora que se sienten amenazados por las encuestas y por su propio pésimo gobierno, ahora, es cuando vuelven a destapar el mensaje y, aprovechando la sentencia sobre la doctrina Parot, le echan la culpa (obscenamente) a Zapatero.

No saben que nuestros muertos son todos los muertos y asesinados. Que aún recordamos el entierro del concejal socialista Isaías Carrasco, el dolor por el asesinato del compañero Fernando Múgica, o los veinte kilos de explosivo que se llevaron a Fernando Buesa y a su escolta.

Nuestro dolor sin embargo es el mismo, digo, que cuando mataron a José Luis Caso o a Miguel Ángel Blanco. Nuestro dolor y nuestra pena, de todas formas, es todavía mayor que la alegría por haber acabado con esa lacra.

La epidemia con la que no hemos acabado los socialistas es con la mentira. Con el cinismo de descubrir que los que más negociaron con la banda terrorista fue el gobierno de Aznar; que el propio Javier Zarzalejos negociara en secreto en Zurich y que llegara a prometer lo inconfesable.

 O que Arriola les llegara a decir que la Constitución no era inamovible. O el propio Ricardo Martí Fluxá diera pasos que tendrá que aclarar la historia. O que el 3 de noviembre de 1998 Aznar hiciera público que, efectivamente, estuvieron negociando con ETA.

Todo ello para que meses después, durante el año de 1999, el gobierno de Aznar fuera el primero y único gobierno que acercara presos como contrapartida: ciento cinco durante aquel año.

Tener que escuchar tanta miseria e iniquidad avergüenza a cualquier persona honrada. Y, por cierto, con memoria, esa diosa aliada de la verdad, esposa del recuerdo y fértil tierra para aquellos que nos sentimos orgullosos de ser demócratas.

@AntonioMiguelC

DIARIO PROGRESISTA