martes, 15 de octubre de 2013

S.O.S. la fiesta nacional me asfixia


MARTES, 15 DE OCTUBRE DE 2013

AGUSTÍN PEÑA 

Me niego a lamentarme por decir lo que pienso, no deseo que alguna persona pueda ofenderse, pero esta Fiesta Nacional Patriótica y Católica, donde se funde la Virgen del Pilar, el Militarismo y el Españolismo rancio me agobia. El despliegue mediático ha sido descarado y buscando claramente el enardecimiento "patriotero".

La celebración del 12 de octubre en esta ocasión ha sido especialmente sofocante y reveladora de las intenciones de la derecha españolista apoyada por sus medios de comunicación. Los iconos y los símbolos institucionales se han mostrado con reiteración y con voluntad obstruccionista de la realidad social que padecemos. La manipulación se ha hecho evidente. Se ha vislumbrado el camino simbólico que desean recorrer.

La formación del espíritu nacional es la ideología que pretende inculcar la burguesía dominante a los ciudadanos para ocultar la conflictividad social y las contradicciones económicas. Los poderosos no pueden mostrar su pensamiento, pues no serían aceptados, por ello tienen que recurrir al enaltecimiento general y emocional. Esta reflexión vale para todos los nacionalismos y todos los territorios.

Como decía León Felipe, nunca me movieron las banderas, ni los himnos nacionales. Siempre consideré que mi patria es el mundo y mis aliados son las personas que sufren las injusticias en cualquier lugar del planeta.

Estoy más cerca de las personas que huyen de la pobreza y la injusticia y desgraciadamente mueren frente a las costas de Europa, que de los empresarios nacionales que explotan los recursos naturales aunque hagan templar la Tierra.

Los únicos símbolos que me mueven son el grito de ¡Viva la lucha de la clase obrera!, cantar la Internacional y ondear la  bandera roja. No olvido nunca que el fascismo ganó nuestra guerra civil bajo la etiqueta de bando o banda nacional.

El patriotismo genera guerra y represión, el nacionalismo argumenta una cohesión social que se funde en un sindicalismo vertical donde capitalistas y trabajadores van de la mano, el tradicionalismo censura las vanguardias culturales y es capaz de fusilar a nuestro mejor poeta.

Sin embargo hay que reconocer que la llamada a las emociones étnicas y simbólicas suelen tener un éxito capaz de mover masas. Elías Canetti diseccionó perfectamente la relación entre los movimientos de masas y el poder. Comienza su obra maestra con la frase: “Nada teme más el hombre que ser tocado por lo desconocido” y “todas las distancias que el hombre ha creado a su alrededor han surgido de este temor a ser tocado”.

Es difícil caminar contracorriente, las emociones son fáciles de inflamar, pero la lucha contra las injusticias sociales deben señalar estas manipulaciones y ser capaz de mostrar que somos muchos los que no nos apuntamos a la idea de “prietas las filas” para que el poder económico se encuentre tranquilo tras las banderas nacionales.

¡Viva la patria de la igualdad y la justicia social!

DIARIO PROGRESISTA