20 de noviembre de 2012
Tal día como hoy 20-N, muchos
elementos del PP siguen celebrando su triunfo electoral, en este primer año,
quizás rezándoles a sus santos enterrados en “El Escorial”, con una fe ciega en
la resurrección de su “Caudillo”, cuyas posiciones políticas añoran e intentan
recuperar con su mayoría absoluta en esta democracia trucada, queriendo hacer
honor a aquel rancio lema del que lo dejó todo “atado y bien atado”, en este
intento de centralización para volver a aquello de su “España, Una, Grande y
Libre”, pero la clase trabajadora tiene poco que celebrar bajo este modelo de
remedo del fatídico “bienio negro” que nos ha tocado sufrir.
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El Partido Popular está intentando llevar a
cabo un proceso más bien contra-revolucionario, ultra-conservador, o
reaccionario, con una forma aparente de
“democracia burguesa”, que está llevando a los ciudadanos a situaciones
sociales anteriores a 1978, acabando con las conquistas de los últimos 35 años
y llevando a cabo todo lo contrario de lo que prometió en su programa
electoral.
Las bases del obsoleto sistema
capitalista se han hundido, afectando al Estado español con gran virulencia y
al resto de Europa, arruinando a las
capas medias y llevando a la miseria y al paro a las clases trabajadoras. Eso
está alcanzando unas condiciones de radicalización y fermentos de lucha de
masas que pueden derivar en situaciones revolucionarias, con posiciones ya claramente
de rebeldía que empujan hacia el camino de la insubordinación e insurrecciones
sociales, contra los ataques y recortes que exigen las distintas burguesías
nacionales, aquí llevadas a cabo por el Gobierno del PP sumiso a los poderes
económicos imperialistas. Ese malestar
alcanza cada vez a más capas de la pequeña burguesía que se ven lanzados a la
ruina y que rechazan con furia, repugnancia y odio creciente a los poderes
establecidos, a las grandes superficies que les ahogan con la competencia y a los
monopolios imperialistas, sobre todo, financieros, que les niegan el crédito
bancario necesario para la supervivencia, o
tiran a la calle a los menos favorecidos por no poder pagar sus
hipotecas aumentando los desahucios.
La hoja de ruta impuesta por el
imperialismo que quiere restaurar la tasa de ganancias a toda costa, en el
menos plazo posible, exige restablecer la férrea “dictadura financiera” pero
cada vez alcanzan más rechazo de las masas que se movilizan contra esos
ataques. En momentos de auge y resurgir del movimiento obrero, cuando comienza
una fase ascendente, será cada vez más difícil para la burguesía el conseguir
dominar y seguir engañando a las masas con panaceas mentirosas como “los brotes
verdes” y las noticias fraudulentas de que “las mejoras en los índices
macroeconómicos” mejorarán la economía para 2014, cuando las necesidades y los
problemas no pueden esperar. Los
ciudadanos estamos hartos de tantas mentiras para intentar apaciguar las luchas
y seguir intentando la instauración burguesa de un gobierno títere y
totalitario, de tipo
“tecnócrata-mafioso” que defiende a los banqueros y especuladores y
ataca a la población trabajadora.
En toda la vieja Europa nos
encontramos con un cuadro de recesión que camina aceleradamente hacia el abismo
de la generalización y alcanzará pronto a los países dominantes más potentes
como son Francia y Alemania que no podrán solucionar las cuestiones sociales,
si no es a base de cambiar su política de rapiña y extorsión permanente, que
les es casi imposible realizar.
El proceso en el Estado
español, camina por derroteros similares
a Grecia y Portugal, junto con el resto de países que están catalogados como de
“segunda división”, pero que se manifestará con el efecto dominó igualmente en
toda Europa durante el próximo periodo porque la clase dominante no quiere
ceder en modificar su política económica, porque el margen es tan estrecho, que
un cambio hacia el Keynesianismo aceleraría la descomposición del modelo,
derrotado por los déficits, y si continúan apretando a la clase trabajadora con
este modelo ultra-liberal, de los Chicagos Boys, probado ya en América Latina donde provocó
revoluciones por doquier, la salida es también terrible por las convulsiones
sociales y la desestabilización que puede provocar, por lo cual, los países,
tanto los atrasados como los más desarrollados, se verán forzados a
enfrentarse, en diversos grados y con distintos ritmos, a la misma recesión,
que si se agudiza, podría arrastrar a los EEUU, China y resto de grandes
potencias, hacia el infierno de la depresión.
Una de las tareas básicas que
tenemos que acometer los trabajadores en este periodo es la reconstrucción de
corrientes fuertes en los partidos y sindicatos de masas. La clase trabajadora está buscando una
dirección firme que ofrezca una solución socialista genuina, pero tendrán que
pasar por la experiencia del reformismo de izquierdas, bien socialdemócrata,
bien neo-estalinista y aprender de los errores rectificando por la presión de
las bases las desviaciones de los dirigentes.
Las batallas que se han de dar
por las reivindicaciones sociales y democráticas, sean transicionales o
económicas, lejos de ser anticuadas o estar obsoletas, como insiste la
burguesía para frenarnos, serán cada vez más amplias y convulsivas en el curso
de esta nueva época turbulenta en la que hemos entrado, adquiriendo una
importancia tremenda para el fortalecimiento de un movimiento obrero unitario y
potente.
De una forma dialéctica, con
alzas y bajas, con la acción y la propaganda teórica en contra del gobierno
reaccionario de la derecha, los trabajadores y nuestras organizaciones
tendremos que sacar las pertinentes conclusiones para cambiar a los dirigentes
que se conviertan en un freno y no estén a la altura de las circunstancias que
los momentos actuales requieren.
Las masas, con las movilizaciones
del 15-N y las posteriores, con las del 25-S y la potente Huelga General de los
Estudiantes y la reciente movilización continental europea del reciente
14-N, han dado un claro mandato a las
direcciones para que rompan sus alianzas con la burguesía decadente y corrupta
sometida a los dictados del imperialismo, exigiendo que se pase de posiciones
defensivas hacia las ofensivas, por lo que, otra huelga general, esta vez de 48
horas está siendo demandada, exigiendo la retirada de los ataques que es
imprescindible y dejarse de peticiones abstractas como lo del referéndum y
otras minucias.
Nuestros compañeros que se
encuentran en las direcciones del PSOE e IU, como máximos representantes
políticos de la clase trabajadora deben comportarse en línea con las exigencias
de unidad y lucha que se demanda desde las bases y batallar para ofrecer un
programa unitario que represente tomar cada vez más poder político y económico en manos de los
trabajadores mediante un gobierno de las izquierdas, que junto con los
sindicatos, represente la defensa de una alternativa socialista de sistema en
las próximas confrontaciones electorales.
La lucha por un programa claro, genuinamente
socialista, con propuestas sociales como la defensa de lo público, la Sanidad,
la Educación, los Servicios Sociales, las inversiones productivas en puestos de
trabajo, un plan de choque contra el
paro, el control de las palancas
fundamentales de la economía, como la banca, los grandes latifundios, y las
multinacionales, mediante las nacionalizaciones y el control democrático de la
producción, es la mejor forma de
movilizar a la clase trabajadora para luchar contra este podrido sistema
capitalista y empezar a construir una nueva sociedad que actúe en beneficio
democrático de la mayoría que es la clase trabajadora y no de una ínfima
minoría de banqueros y especuladores que no han sido elegidos por nadie.
Precisamente para ello es
necesario defender la reivindicación de una nueva Ley Electoral proporcional,
eliminando la trucada e injusta Ley D’hont, para que nos basemos realmente el
sufragio universal desde los 16 años, y se alcance una verdadera democracia
proporcional, no solo en las elecciones generales, autonómicas y locales, sino
en cada una de las empresas, y en las organizaciones políticas, sociales y
sindicales, para que se ejerce la
verdadera democracia, la democracia bajo control obrero, la democracia social,
en todos y cada uno de los estamentos del Estado y de la producción.
Estamos hartos de las mentiras de
la burguesía y las organizaciones reformistas que las apoyan, que parlotean
constantemente sobre los “derechos democráticos” pero que lo entienden solo
para alcanzar el poder y legislar en contra de la mayoría del pueblo, que sigue
dominado por camarillas burguesas, bajo la amenaza de Cartas Magnas que ni
ellos mismos respetan, pero que cuando el pueblo exige el cumplimiento de
nuestros derechos, como el derecho a la vivienda digna, al trabajo, a la
educación, a la sanidad y demás derechos, nos reprimen y amenazan con la fuerza
incluso de los fusiles, en sus santas alianzas, sin atreverse a consultar
democráticamente al pueblo para que se manifieste libremente, lo que retrata a
estos elementos que se las dan de “demócratas” cuando en realidad desprecian de
verdad este modelo de decisión y participación ciudadana en las tareas de
gestión compartida de la administración del Estado.
Cualquier observador medianamente
inteligente se tiene que dar cuenta que en Europa se están dando circunstancias
sociales con modificaciones profundas en las composiciones de las fuerzas
políticas y sindicales, pues los partidos clásicos de la burguesía están
desprestigiados y son incapaces de ofrecer respuestas, pero igualmente la
socialdemocracia clásica y los neo-estalinistas, están consiguiendo con su
falta de alternativas, similar desplome de sus expectativas de apoyo, o un
crecimiento débil. Han surgido en Alemania, Grecia, Francia, Italia, etc,
grupos por la izquierda de los partidos clásicos de los trabajadores, que
cuestionan el sistema. Esto está provocando una serie de crisis internas en la
propia izquierda que se ve forzada a recomponerse, lo que podría arrastrarnos a
enfrentamientos y a una serie contante de crisis y escisiones prematuras y
perjudiciales, cuya responsabilidad va a recaer, principalmente, sobre las cabezas de nuestros dirigentes
actuales, si no son capaces de enfocar la cuestión de forma diferente, girando
a la izquierda y ofreciendo claramente la respuesta que las masas esperan.
El sistema capitalista está en
crisis total, en recesión económica, con
divisiones en las cúpulas de las burguesías respectivas, las potencias
capitalistas están enfrentadas, divisiones en el Pentágono, la CIA con dimisiones
internas, las burguesías europeas, entre los llamados “tecnócratas” y los
políticos clásicos de las burguesías nacionales, con diferencias profundas,
enfrentamientos graves entre la burguesía “españolista” y la burguesía
“catalanista” e “independendista”, con acusaciones de corrupciones y evasiones
en paraísis fiscales del “Menos” indicado y “Menos hábil” (-+- = +), críticas internas en los partidos y
sindicatos de izquierdas que cuestionan las políticas aplicadas,etc, todo ello expresa la madurez del factor
objetivo y la debilidad del factor subjetivo, o sea, la necesidad de que surja
una fuerza que actúe como portavoz con autoridad que aglutine a las masas que
se encuentran en una profunda orfandad a merced de los ataques de la burguesía,
por lo que el proceso de surgimiento de corrientes y grupúsculos efímeros será
inevitable en el próximo futuro. Pero lo
que si es necesario es construir la dirección con autoridad (que no
autoritarismo) necesaria que se base en la capacidad que tiene la clase
trabajadora y la juventud en formar los cuadros necesarios para hacer frente en
el transcurso de las luchas que ya han llegado para quedarse y en base a la
experiencia, las batalla entre las clases y la defensa firme de una verdadera
alternativa que deberá estar representada por un programa genuinamente
socialista; organicemos y unifiquemos a
la clase trabajadora para cuando llegue el momento ser capaces de tomar el
poder y transformar este podrido sistema capitalista, empezando la construcción
de una nueva sociedad: La Sociedad Socialista.
ÁREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.A
is-psoe.malaga@terra.es