Arturo González
14 sep 2013
Reconozco que aburro hasta a las ovejas, pero hay dos asuntos que no
comprendo cómo podemos dejar de prestarle atención ni un solo minuto por
amargos que sean. Uno, el paro, auténtico cáncer de nuestra sociedad, y el otro
el asesinato social que prepara el Gobierno con la reforma de las pensiones, de
la que dependen nada menos que nueve millones de españoles, más familias. Según
Comisiones Obreras esta propuesta supondrá una disminución de la capacidad de
compra de hasta un 28% en incómodos plazos. O esto es así o CCOO debe ser
arrojada a las tinieblas de la ignorancia por especular en falso y alarmar con
un tema capitalismo. En cualquier caso se puede dar por sentado que la rebaja
será sustancial.
Sí, ya sé, señora ministra del ramo, que usted alega e insiste en que
nunca más se congelarán las pensiones en España, en un claro ataque a lo que
hizo el PSOE, pero evita decir que en el cómputo de la legislatura el PSOE las
subió bastante más que ustedes, con congelación o sin ella, y se ufana usted de
afirmar que ocurra lo que ocurra subirán un 0,25%, que no sé cómo no se le cae
a usted la cara de vergüenza de decirlo, justo después del dato de que en este
mes de agosto pasado los alimentos, eso con lo que come la gente, sufrieron la
mayor subida de los últimos diez años, 7,6% para los alimentos frescos por las
patatas y la fruta, y una subida con fuerza para los aceites. Es decir, que no
subirán lo mismo que el índice de la vida, y además, para mayor desfachatez, lo
ligan ustedes a la demografía y esperanza de vida, cuando más vivas menos
cobras, como si tus gastos disminuyeran.
Si no tienen dinero sáquenlo de las cajas fuertes de los poderosos,
vulgo ricos, de toda la borrachera de dispendios que han causado ustedes, de
impuestos con un mínimo de justicia distributiva, que los empresarios paguen
las cuotas que haga falta, de múltiples sitios, pero no condenen a nueve
millones de españoles a rebajarles un 20% sus pensiones, que ya son ridículas y
de las más bajas de Europa, eso que tanto cacarean ustedes y ponen de ejemplo.
Por lo visto y padecido, se puede rescatar a la banca con cifras mareantes, que
además no se recuperan en su inmensa mayoría, pero no se puede impedir que los
españoles caigan en la estrechez de vida, rayana en la pobreza. Me lo
expliquen. Son ustedes unos repugnantes representantes del capitalismo más duro
y nauseabundo, al capital ni tocarlo. Son ustedes unos auténticos asesinos
sociales. Éste es el colofón del incumplimiento de sus promesas. No hay
disculpas ni circunstancias posibles sobrevenidas. Como siempre, le van a meter
ustedes una puñalada trapera a los más débiles e indefensos. Lo que resulta
increíble es que ante este anuncio la gente no se tire a la calle, y no solo
eso sino que encima la mitad de los pensionistas actuales o futuros les sigan
votando. ¿Pero están ciegos, no ven cómo los poderosos y semipoderosos, con
tantas y tantas pensiones de jubilación obscenas, no sufren las consecuencias
de esta política del Gobierno? ¿Por qué tienen que pagarlos los pensionistas?
¡Qué falta hace una cadena gigantesca de pensionistas! Nueve millones son más
de 20 veces la fantástica cadena catalana. Entre cadenas y votos, los
pensionistas, si quisieran, podrían enviarles a ustedes al infierno que se
merecen.
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