MIÉRCOLES, 12 DE DICIEMBRE DE
2012 FLORENTINO ROGERO
"Padre no los perdones,
porque saben lo que hacen". Vladimir Jankélévitch. (Cita introductoria de
Las voces del Pamano, de Jaume Cabré).
Los que votamos, desde el
convencimiento, a favor de la Constitución de 1978 con nuestra entonces recién estrenada mayoría
de edad, defendemos el papel central del Estado democrático para el correcto
funcionamiento de la sociedad y la redistribución de la riqueza.
En consecuencia aceptamos el
modelo de economía social de mercado que consagra el preámbulo de la
Constitución Española de 1978, modelo que pretende garantizar la convivencia
democrática “conforme a un orden económico y social justo” y por consiguiente
no podemos aceptar la sociedad de mercado que pretende imponernos la derecha
ultraliberal española y europea, sociedad en la que nuestros derechos (a la
justicia, a la protección social, a la salud, a la educación, …) cotizan en el
mercado, porque como afirma Tony Judt
“Sabemos perfectamente que la fe sin límites en los mercados
desregulados mata”.
La estrategia de la derecha
ultraliberal resulta evidente en las palabras de Grover Norquist, asesor
económico de Bush en 2004: “No quiero acabar con el Estado; sólo quiero hacerlo
tan pequeño que pueda ahogarlo en una bañera”.
En mi opinión, para la consecución de tal finalidad, que no es otra que
la de poner al Estado de rodillas; a la ciudadanía, a la clase media, de
rodillas, la derecha ultra-liberal europea y española han utilizado tres ejes
principales de actuación:
1º.- Hundir la capacidad de recaudación del Estado, profundizando la
regresividad e insuficiencia del sistema fiscal. En nuestro país mediante el
deterioro de la Agencia Tributaria y la Inspección de Trabajo, mediante los
regalos fiscales al 1% más rico, mediante la connivencia o la indiferencia ante
el fraude fiscal y laboral (denunciada incluso por algunas asociaciones
empresariales), la Amnistía Fiscal, el impuesto a tipo cero sobre los depósitos
de las entidades bancarias, etc. Este deterioro de los ingresos del sistema
tributario, puesto de manifiesto de forma abrupta con la llegada de la crisis
ha corrido en paralelo, por el lado del gasto, al mantenimiento o
ensanchamiento de los privilegios seculares de las élites, al multi-millonario
rescate de la banca, al salvamento con los impuestos de todos de las
concesionarias de autopistas de peaje, etc. Todo ello, inevitablemente, ha
ahogado la capacidad financiera del Estado.
2º.- Propiciar el endeudamiento masivo de las Administraciones
Públicas. En nuestro país a todos los niveles (Local, Provincial, Regional),
sobran los ejemplos, Ayuntamiento de Madrid, Comunidad Valenciana…, así como
propiciar la corrupción masiva, no puntual o coyuntural, que puede resultar
inevitable en cualquier sociedad u organización política o humana, sino
estructural, sobran también los ejemplos. Baste recordar el reciente
desmantelamiento de unidades anticorrupción de la Agencia Tributaría o el
intento del año 2003 de eliminar la Fiscalía Anticorrupción cuyo resultado fue
su práctico desmantelamiento durante el primer gobierno de José María Aznar,
que afectó al resultado de las investigaciones de casos muy significativos,
entre ellos, el procesamiento contra Berlusconi y otros responsables de Tele 5,
las causas contra Alierta, contra Javier de la Rosa, contra el entonces
ministro Josep Piqué, contra el transfuguismo en la Asamblea de Madrid, etc.
3º El secuestro del Keynesianismo en la Zona Euro. De acuerdo con el
profesor Boaventura de Sousa “para el neoliberalismo era muy difícil entrar en
Europa vía los Estados; lo que hizo fue entrar vía las instituciones europeas.
Al principio no se notó pero si ahora vemos la constitución del Banco Central
Europeo, se constata que realmente había un proyecto neoliberal muy claro”.
Este tercer eje de la estrategia
ultraliberal para minimizar el Estado, será desarrollado en la siguiente
entrega de este artículo.
DIARIO PROGRESISTA