VIERNES, 28 DE DICIEMBRE DE 2012 FRANCISCO SANZ
Resulta difícilmente comprensible la falta de respuesta del PSOE a la
grave crisis en la que se encuentra. Nunca ha gobernado en menos instituciones,
nunca ha obtenido peores resultados en las distintas citas electorales a las
que ha tenido que enfrentarse y nunca ha tenido, como ahora, una fuga no ya de
afiliados –que también-, sino de militantes activos.
Agrava la situación que está demasiado reciente un año de procesos
congresuales que no parecen haber resuelto muchas cosas. Desde mi punto de
vista, la clave de esa falta de respuesta se encuentra en la percepción de la
crisis, una crisis política mucho más profunda de lo que las actuales
direcciones quieren ver.
Ciertamente, sobre el papel, se han apuntado los dos grandes problemas
a los que los socialistas debemos enfrentarnos, la pérdida de identidad, como
portadores de un proyecto igualitario consistente y creíble y la capacidad del
partido para democratizarse y adecuarse a una sociedad en permanente cambio y
cada vez más formada e informada y, por tanto, más exigente, con quienes la
representan.
Sin embargo, los cambios en
profundidad no se pueden hacer con viejos instrumentos, con aparatos
jerarquizados y burocratizados y con apoyos, en demasiados casos, en redes
clientelares encerradas en el propio partido. Es imposible abrirse a la
sociedad y ni siquiera tener una cierta presencia en la misma, con agrupaciones
diseñadas para ganar batallas internas y obtener prebendas en el reparto de la
representación en las instituciones, batallas que acaban, por lo general, con
la derrota de aquellos que no están dispuestos a seguir ese juego.
Lo bien cierto es que, como recuerda Ignacio Urquizu las mayores
pérdidas de votos, según todas las encuestas preelectorales, se dieron entre
las gentes autodefinidas de izquierdas y entre las capas más formadas de la
sociedad. Todo ello enlaza, según el propio politólogo, con la necesidad de
recuperar la defensa firme de la igualdad y la democratización del partido,
especialmente en la selección de los representantes socialistas en las
instituciones.
Si hacemos memoria, deberíamos recordar que a lo largo de 1998, fue el
PSOE el que introdujo la mayor novedad en el funcionamiento interno de los
partidos españoles en tiempos democráticos. Quince años después, nuevamente es
el Partido Socialista el que puede llevar a efecto lo ya decidido en su pasado
Congreso Federal, una novedad de
muchísimo mayor calado: LAS PRIMARIAS CIUDADANAS O ABIERTAS A LA CIUDADANÍA.
Nadie puede negar los riesgos e inconvenientes que unas primarias
pueden producir en un partido, sin embargo llama la atención que muchos que
creen que el partido saldrá debilitado de ellas son los mismos a los que se
refiere Roberto L. Blanco Valdés, en su libro “Las conexiones políticas”:
“Esta visión (negativa de las primarias) no permitiría explicar, por
ejemplo, el habitualísimo fenómeno de que las organizaciones partidistas
seleccionen para todo tipo de comicios no a los candidatos con mayores
posibilidades de ganar, sino a los que son más fieles a la dirección, aunque
sean peores candidatos en términos de su previsible punch electoral. O el
hecho, íntimamente relacionado con lo que acabo de exponer, de que los
dirigentes de una organización prefieran, no infrecuentemente como podría parecer
a simple vista, perder las elecciones a ganarlas, si el precio de ganarlas ha
de ser el fortalecimiento de sus adversarios en el seno de la organización.”
Explicaré a continuación porqué LAS
PRIMARIAS ABIERTAS deben celebrarse en el próximo año 2013:
1º.- Porque la crisis
económica, social, política y cultural es ya de una magnitud inapelable y
dramática.
2º.- Porque la
dimensión de la crisis de la socialdemocracia europea sólo se puede abordar,
desde España, con un PSOE tensionado y activo ante las elecciones europeas de
2014.
3º.- Porque la crisis y
la debilidad del partido es la de mayor gravedad e intensidad en la historia
democrática. Y esa debilidad está siendo aprovechada por la derecha, política y
social, en la consecución de su gran objetivo: acabar con el PSOE y los grandes
sindicatos de clase, CCOO y UGT.
4º.- Porque esa crisis
sólo se podrá resolver mediante la apertura del partido a la sociedad,
democratizándolo y haciéndolo transparente. Porque se producirá una mayor
cercanía del partido a las demandas de la sociedad, demandas que siempre serán
más fiables si son varios miles de ciudadanos quienes las exponen y no un reducido
círculo de dirigentes, demasiadas veces más pendientes de no ser removidos de
sus puestos que de las demandas ciudadanas.
5º.- Porque unas
primarias abiertas a la ciudadanía en plena crisis social superarán
inevitablemente la discusión sobre personas para convertirse en el verdadero
debate público, que hasta hoy no hemos tenido, sobre las ideas e iniciativas
capaces de marcar la agenda en un momento de emergencia nacional, y lo hará
ante los medios y en las redes sociales. Y es que las primarias no son solo un
procedimiento para elegir a personas en un proceso que puede centrar la atención pública, sino que
son mucho más: todas las ideas clave, importantes, giran en torno al debate que
suscita este proceso y permiten que equipos de base y dirigentes las trabajen,
las confronten, las discutan, que lleguen a conocimiento público, que se
involucre a muchos más ciudadanos y se reelabore el nuevo proyecto que
necesitamos.
6º.- Porque sólo el
PSOE está en disposición de abordar unos cambios con repercusión en el propio
sistema democrático y en la propia acción política, en la recuperación del
espacio público como un bien imprescindible para una vida mejor de toda la
ciudadanía. Unos cambios que nos exigirán un tiempo razonable para elaborar un
procedimiento, un reglamento que, dada la novedad y envergadura de la empresa:
nuevos censos, mesas electorales, campaña, etc no podrá improvisarse, como así
lo indica la experiencia de los socialistas italianos y franceses.
7º.- Porque no es
posible seguir funcionando, un año más, como si nada hubiera pasado,
manteniendo un modelo de partido diseñado para su intervención en épocas
completamente distinta a las que vivimos, cuya necesidad de hacerlos fuertes
iba ligada a la propia consolidación del Estado democrático.
8º.- Porque necesitamos reconstruir un
proyecto igualitario con una nueva base social en una sociedad cada vez más
heterogénea y compleja. Y esa base social no permitirá que el proceso electoral
interno en los partidos se realice de forma opaca y oligárquica por las
direcciones de los mismos al seleccionar a quienes finalmente formarán las
listas electorales.
9º.- Porque la
exposición pública de nuestras dudas, de los problemas de todos y las
soluciones, nos permitirá reivindicar todo aquello que se ha hecho bien y
activar los valores de la izquierda.
10º.- Porque, en
definitiva, convocar a los ciudadanos a participar en un proceso como éste es
reconocer que en nuestro estado actual no somos capaces de reconstruirnos como
alternativa por nuestras propias fuerzas y apelamos a la ciudadanía
progresista, convencidos de que su intervención aporta la dosis de realidad e
idealismo imprescindible para que nuestro partido vuelva a ser el instrumento
de sus anhelos y esperanzas.
TODOS ESTAMOS
INVITADOS, TODOS LOS MILITANTES Y TODOS LOS PROGRESISTAS
DIARIO PROGRESISTA