Martes, 11 de Junio de 2013 08:25
BP
A la espera de la
decisión que adopten el Parlamento y el Gobierno sobre el factor de
sostenibilidad de las pensiones planteado por el Comité de Expertos, echamos un
vistazo a las soluciones que se han puesto en marcha en los países de nuestro
entorno más inmediato:- Francia. Nuestros vecinos del norte decidieron atajar
las amenazas sobre la sostenibilidad de su sistema público de pensiones hace ya
diez años, si bien su diseño no entró en vigor hasta 2009. El objetivo del
modelo francés es garantizar que, por término medio, los años de trabajo
supongan dos tercios de la suma entre los años de vida laboral y los años de
pensión.
Bajo este parámetro, el
modelo de sostenibilidad responde a las mejoras en la esperanza de vida con un
incremento proporcional de los años necesarios para tener derecho a una
pensión. Si en 2008 eran necesarios 40 años de trabajo para generar el derecho
a pensión, Francia calcula que la generación nacida en 1960 (que empezará a
jubilarse en torno a 2020-2025) deberá trabajar un año y medio más.
Sin embargo, este
esquema apenas reducirá en un 40% las necesidades futuras que se calculan para
el sistema de pensiones francés. Así que es posible que tengan que ir más allá
en la reforma.
- Alemania. Los previsores alemanes entendieron allá por 2001 que era necesario
establecer algún esquema que contuviera el coste creciente del sistema público
de pensiones, aunque atendiendo a su carácter pragmático no lo vincularon a un
referente tan etéreo como la esperanza de vida, como los franceses, sino a algo
mucho más tangible: la evolución de los salarios y del número de cotizantes.
Alemania se fijó un
objetivo: que las cotizaciones sociales, principal fuente de ingresos del
sistema y uno de los principales costes de las empresas, no pudiera superar el
20% hasta 2020 ni el 23% hasta 2030.
De este modo, el factor
de sostenibilidad germano revisa anualmente la cuantía de las prestaciones de
sus pensionistas de acuerdo con ese referente y el crecimiento de los salarios
nominales de los trabajadores alemanes corregido con la relación entre
cotizantes y pensionistas. El sistema afecta a todos los pensionistas, no sólo
a la pensión inicial de los nuevos jubilados que acceden al sistema público, y
habrá reducido un 11% la cuantía inicial de las prestaciones a la altura de
2030.
- Suecia. Fue uno de los primeros países de la UE en introducir un factor de
sostenibilidad sobre su sistema público de pensiones. Fue en 1994. Optó por el
sistema de cuentas nocionales, un esquema que suma todas las cotizaciones
realizadas por un trabajador a lo largo de su vida laboral, les aplica un
coeficiente multiplicador para compensar el encarecimiento de la vida y divide
el resultado entre los años de esperanza de vida de los suecos tras la
jubilación. La cantidad resultante arrojará la cuantía de la pensión a
percibir.
Muchos países del Este
como Polonia, Hungría, Letonia, Estonia y Eslovaquia también han optado por
este esquema.
- Italia. Este año ha entrado en vigor el factor de sostenibilidad italiano, que
se sitúa a medio camino entre el aplicado por Francia y el aplicado por Suecia.
Por un lado, vincula la edad legal de jubilación a la esperanza de vida y, por
otro, establece un coeficiente que modula la cuantía de la prestación en
función de los años cotizados, de forma que sea tanto más baja cuando antes
decida jubilarse el trabajador. Ambos factores serán revisados cada tres años.
- Portugal. El factor de sostenibilidad de nuestros vecinos portugueses es de los
que actúa de una forma más directa en toda Europa. La cuantía de la pensión se
determina en función de la diferencia entre los años de esperanza de vida a los
65 años que había en 2006 y los que habrá en el año de la jubilación efectiva.
Es decir, en la medida en que la esperanza de vida aumente y la edad de
jubilación no es eleve, la pensión se reducirá.
- Grecia. La reforma griega prevé la indexación de la edad de jubilación respecto
a la esperanza de vida a partir del año 2021.
EXTREMADURA PROGRESISTA