LUNES, 3 DE JUNIO DE
2013
AURORA CARREÑO
RAMÓN
Un día más y un día
menos. ¿Sigues ahí? Tic-tac. Tiempo…Todo se detiene. -Ya ha caído el último-
dice una voz. Ya ha caído la España de la democracia, mi general. La pala de la
vergüenza os tapa vuestros rostros, y con ella quienes sois. Se pierde todo en
la oscuridad, el silencio de las balas son mudas, el temor sufre de fobia, todo
es negro y nada es tiempo.
José Mira Casals, tú
fuiste fiel a la República el malicioso tiempo no me deja ver. Tic, tac, tic,
tac… susurran las manecillas del reloj, tic tac, tic, tac… Caíste, caísteis, y
nadie más supo de ti, de vosotros. Nada más que lágrimas derramadas de una
esposa, de una niña; de alguien que os amó.
He perdido la cuenta de los años en los que te
hemos buscado, de los sentimientos y de las cartas que se te enviaron a Ítaca.
Pero nunca volviste.
¿Dónde estás…? ¿Sigues
ahí…? ¿Y mi beso de buenas noches…? ¿Eres mi ángel de la guardia…?
Sigo, seguimos a
vuestro lado. No paramos nunca, la lucha es nuestra. La de los que llevamos
vuestra sangre e imagen en la memoria. Sí, es un día más, pero un día menos
para poder pedir… ¡justicia! ¡Reparación!
No he parado de buscarte, no he parado de
enviarte cartas, de seguir ahí, de decir y clamar que fuiste y serás siempre mi
bisabuelo.
No te conozco, José Mira Casals, sólo acaricio
una parte de ti en dos fotografías, no sé cómo has sido, no sé cómo eres, sólo
sé que nadie ha hablado mal de ti, y como bisnieta, te respeto. Y aunque no lo
creas, te quiero.
Seguís ahí, enterrados,
cerca de la fuente de los muertos en Martinet, en el Pirineo catalán o en otra
cualquier cuneta de España, sin nombres, sin historia. Polvo. Nada más sois
eso, polvo y recuerdos. Y eso, me mata poco a poco.
Estás muerto, te asesinaron, asesinasteis, y
la historia la escribieron los que ganaron. Luchaste por ser leal a un dogma,
te mantuviste fiel como guardia civil a la República, tal y como marca uno de
sus primeros artículos, “ser fiel al gobierno legítimo”; y por eso asesinaron,
por eso te debo dar las gracias, por qué hombres como tú, hay muy pocos, aunque
fuiste muchos entonces. Un ejemplo de lealtad, honradez y entrega.
Sé que hay distancias, cables de por medio que
no nos dejan acercarnos más. Eres mi trocito de historia y de utopía para
seguir luchando en este mundo. Es gracias a ti, por la que lucho cada día. Sé
que no hay ángel mejor que tú, y que como cada noche esperaré el besito de
buenas noches de mi bisabuela y de mi bisabuelo. Juntos otra vez, por siempre.
Porque mientras haya
memoria no habrá olvido y vuestras vidas e historias serán ciertas, habréis
existido y aunque la historia la escriban los vencedores, la verdad no quedará
oculta bajo un manto de tierra y olvido.
DIARIO PROGRESISTA