1 de octubre de 2012
En los meses anteriores a la crisis financiera que estalló
en los EEUU en el verano de 2007, el Producto Interior Bruto mundial, en
números redondos, estaba en torno a los 60 Billones de dólares. La capitalización bursátil oscilaba alrededor
de los 500 Billones de dólares. Con el hundimiento del sistema financiero, la
clase dominante puso en marcha los planes de salvamento, para trasvasar las
pérdidas privadas bancarias a los trabajadores, utilizando al sector público
(negando rotundamente el liberalismo que defendían), orientados al estímulo de
la demanda y sobre todo, a intentar rescatar las pérdidas sufridas por el
derrumbe bursátil y bancario del sistema financiero internacional que se había
desplomado.
En realidad eso
consistía en una “socialización general de las deudas bancarias” para seguir
privatizando las ganancias, que supuso la inyección en los cuatro primeros años
de más de 20 billones de dólares en la economía, que han tenido escasos
resultados y contrarios a lo esperado en ese experimento keynesiano a
destiempo, pues en vez de resolver la crisis, el mundo camina ahora hacia la
recesión global que podría arrastrar al sistema a una terrible depresión
similar a la de los años 30 del siglo pasado.
El estrepitoso fracaso de las políticas ultra-liberales
dictadas por Milton Friedman es un hecho y el intento de aplicar el paradigma
de Keyness, también ha sido desastroso por lo que el capitalismo se ha quedado
sin paradigma. Y en la búsqueda desesperada
de ese nuevo paradigma económico que comience a resolver la debacle y que les
saque de este atolladero, pusieron en marcha un plan global donde queda anulada
la “democracia burguesa” e instalan por la fuerza del poder del dinero, una
“dictadura financiera” como vamos a demostrar a continuación.
Todos los ministros de economía de los últimos presidentes
de EEUU durante más de cuarenta años, eran miembros del clan dedicado a la
especulación financiera con conexiones con el complejo militar industrial. Ese clan decide desde sus despachos ocultos,
como el Club Bildelberg y la Trilateral,
a quién financiar para hacer llegar a Presidente de los EEUU y luego
exigen contrapartidas colocando a sus “mercenarios financieros” en los puestos
claves para controlar en su provecho la economía mundial. Los siete secretarios
del Tesoro de EEUU, en los cuarenta años últimos, procedían de ese clan, entre
ellos Henry Paulson y Fischer Black.
Hasta que les estalló la crisis, esas maniobras la consiguieron ocultar,
pero recientemente ya se han quitado la careta de “demócratas burgueses” y
aparecen con el claro rostro de “dictadores financieros”, como podemos
comprobar examinando sus comportamientos en Europa, impuestos por la Troika del
FMI. BM y BCE.
Pasando a lo concreto
en Grecia, el antiguo Primer Ministro Papandreu, ante las dificultades de la
crisis y el chantaje del poder financiero que le exigía los planes de ataques a
los trabajadores, recordando que ese país era la cuna de la democracia, propuso
que se votara en referéndum, si el pueblo quería aplazar, pagar, o no pagar la
deuda contraída principalmente por los banqueros. Inmediatamente Merkel y Sargozy, por
indicación del clan imperialista y a través de la Troika, se opusieron
rotundamente, organizando un golpe de
Estado financiero, relevando a Papandreu y colocando a Lukas Papadimos como
primer ministro, sin pasar por las urnas. El cargo anterior de ese personaje
había sido dedicarse a la especulación financiera a las órdenes de Goldman
Sachs, el principal grupo de banca financiera del mundo. En 2006, año anterior a la crisis, ese grupo
declaró unos beneficios de 54.000 millones de dólares y tenía 26.500 agentes
especuladores por todo el mundo.
A los pocos días se produjo otro golpe de estado financiero,
esta vez en Italia, quitando al neofascista Berlusconi e instalando por la
fuerza del “dólar” a Mario Monti, que había estado trabajando como especulador,
(que coincidencia) precisamente al servicio de Goldman Sachs.
A las pocas semanas (que históricamente podríamos decir que
era al Rato), dimitió un importante responsable del F.M.I., así como un alto
cargo de dirección de la Banca Goldman Sachs, declarando este último que “me marcho; no resisto la continuidad de
estafas, de negocios sucios, de malas informaciones, de especulaciones
anómalas, que este grupo bancario lleva adelante constantemente”.
Existe también otro extraño personaje que tenemos que
recordar, cuyo nombre es Mario Draghi, que es el Presidente del Banco Central
Europeo. Decía un comentarista que “debe ser un personaje altamente peligroso,
dado que cuando visitó Barcelona, la Generalitat le puso 8.000 mossos d’
escuadra a vigilarle, quizás para que este hombre no cometiera ninguna
tropelía”. La función principal de este caballero es trabajar como mercenario
al servicio de la Banca Goldman Sachs.
Todo esto y mucho más que podríamos contar, demuestra que
estamos en manos de una camarilla, con una ideología concreta y unos intereses
económicos de clase determinados, que ha organizado un Golpe de Estado
Financiero Mundial, que está alterando el funcionamiento normal de la economía
“modificando la competencia normal que dicen defender en un sistema que ha
dejado de ser liberal” y se convierte en su contrario, en una dictadura contra
los trabajadores y los pobres del mundo, exigiendo y obligando a Presidentes de
los Estados, que dicen ser “democráticos” a aplicar la hoja de ruta que
representa un saqueo permanente de las capas medias y una explotación cada día
más salvaje de la clase trabajadora y los sectores más empobrecidos del
planeta.
Estos “dictadores financieros” no tienen ningún interés en
que los ciudadanos vivan decentemente, ni que se expresen libremente en
democracia, ni que estemos debidamente informados, porque su único objetivo es
que los bancos cada día ganen más dinero, a costa de la salud, la educación, y
el bienestar de los pueblos, que están siendo empujados hacia la barbarie.
No puede existir ninguna duda que en los momentos actuales,
la principal tarea de la clase trabajadora debe consistir en dedicar sus
mayores y mejores esfuerzos para
reforzar o reconstruir una dirección unitaria y bien organizada, que
defienda un programa que beneficie claramente a los trabajadores, que permita a nuestra clase cumplir con la tarea histórica de derrotar
al capitalismo y empezar la construcción de la nueva sociedad socialista, de
“seres humanos libres, justos, honrados e inteligentes” como decía Pablo
Iglesias, donde podamos decidir democráticamente qué producir, cómo producir y para quién producir, que es la
base de una economía socialista y ética, para repartir con justicia el fruto de
nuestro trabajo que es social, para llevar a cabo una vida digna a la que como
seres humanos tenemos derecho, bajo la consigna de: “ANTE LA CORRUPCIÓN, LA
OPRESIÓN Y LA EXPLOTACIÓN: ¡¡TOLERANCIA
CERO¡¡”.
ÁREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.A