VIERNES, 19 DE JULIO DE 2013
ANTONIO MIGUEL CARMONA
¿Por qué donaban las empresas constructoras de forma ilegal al Partido
Popular?, ¿por qué no lo hacían de forma legal?, ¿qué motivaciones tenían para
hacer entregas en metálico y en billetes de quinientos? Solo una.
Vamos conociendo las cuatro patas de un asunto que tiñe de negro
nuestra democracia. Cuatro esquinas de unos hechos que avergonzarían a
cualquiera: donación, cohecho, sobresueldos y financiación. Ayer explicábamos
en nuestro editorial una de ellas, las donaciones (Donantes y mangantes).
La segunda pata es la más grave y a la que le dedicaremos hoy un
comentario: el cohecho. Y, por último, la mesa se sostiene, además, con la
financiación ilegal y el reparto de sobresueldos. Cuatro patas para un banco,
cuatro esquinas para un escándalo.
Todo resulta tan simple como reconocer que las donaciones iban a parar
presumiblemente a la financiación ilegal del Partido Popular y al reparto de
sobresueldos, siendo el de Bárcenas uno más. Pero, detengámonos ahí: ¿a cambio
de qué donaban las empresas constructoras?
El primer caso de presunto cohecho, de momento el más llamativo, es el
de la compañía Sufisa del grupo Sacyr, siendo Luis del Rivero su presidente.
Las cantidades que recibe en nombre del PP de Castilla-La Mancha, José Ángel
Cañas, entregadas por esta compañía, irían a parar a una organización que ya
era presidida por María Dolores de Cospedal.
El recibí que firma Cañas tenía como contraprestación, dicen, la
contrata de limpieza del Ayuntamiento de Toledo cuyo alcalde entonces era el
popular José Manuel Molina. Una conexión, donación-contrata, que ha resultado
sospechosa para (casi) todos los medios de comunicación.
Bárcenas nos presenta este asunto castellanomanchego como un aperitivo
y niega relación, en sentido genérico, entre las donaciones y las decisiones de
cientos de concejales, consejeros y presidentes. Bárcenas, de nuevo, amenaza al
PP y a nuestro sentido común.
Convencidos de que las empresas donantes, casi todas constructoras, no
lo hacían para que el PP velara por la protección del patrimonio histórico,
para favorecer la cría de ballenas en Alaska o en defensa de la familia
destruida por el gobierno anterior, estamos ante una presunta enorme montaña de
cohecho en el que todo lo demás es sólo las faldas de la cordillera.
Mañana hablaremos de la tercera pata, los sobresueldos. Sin embargo,
este cuadrado sorprendente formado por cuatro esquinas -donación, cochecho,
sobresueldos y financiación-, tiene precisamente en el cohecho su parte más
delicada.
Porque del cohecho nacen la prevaricación y la malversación, la
implicación de numerosos cargos públicos a las órdenes de una dirección
nacional en estos momentos bajo sospecha.
Ayer, por cierto, volvieron los populares a cometer el mismo error. A
ocultar, a disimular, a difamar, a defender lo indefendible. Una actitud que
resulta una muestra más de que lo que ocultan es hasta cierto punto
inconfesable por su magnitud y por su gravedad.
@AntonioMiguelC
DIARIO PROGRESISTA