6 de julio de 2013
La clase obrera española (y europea) vienen resistiendo tenazmente los
planes de austeridad, que representan ataques y recortes de la burguesía,
infligidos por órdenes de la dictadura financiera de la Troika, y se han venido
desarrollando formas de luchas en diversos frentes de mareas, conquistando el
derecho para marchar hacia la unidad y una mejor organización, aunque los
dirigentes de los sindicatos y partidos de izquierdas no lo quieran entender.
Todas estas protestas de la clase trabajadora representan parte de la
lucha global e internacionalista contra la brutalidad del sistema capitalista
corrupto, decadente y degenerado que no puede ofrecer siquiera un puesto de
trabajado a cada parado para poder seguir explotándolos, lo que representa un
colosal fracaso del sistema de libre mercado.
Después de varios años de crisis y recesión la clase trabajadora está
“indignada” y se encuentra preparada para lanzarse a nuevas conquistas, pero
por la debilidad de las direcciones, la burguesía se sigue atreviendo a
continuar su ofensiva pretendiendo aprovecharse del gobierno de derechas
reaccionario como es el PP, elegido mediante unas elecciones manipuladas por la
financiación del caso Gürtel y su presunta pandilla de corruptos encabezados por el Tesorero Bárcenas,
que ha sido el contable de la trama, que
ha dispuesto de millones y millones de forma “presuntamente fraudulenta” para
comprar voluntades y realizar costosas campañas mediáticas, lo que demuestra su
ilegitimidad debiendo estar dimitido dicho Gobierno ya hace tiempo, pero la
ética política ni la conocen.
Incluso ese gobierno ilegítimo se atreve a llevar a cabo un nuevo
ataque contra el nivel de vida de los trabajadores y capas medias, utilizando
el espantapájaros de que no hay alternativa y que es el único camino para
acabar con el paro y recuperar la inversión lo cual está demostrado que no es
así pero insisten porque están desviando recursos del pueblo directamente a los
bolsillos de los banqueros, como se demuestra por la caída fulminante de las
rentas del trabajo y el aumento descomunal de las rentas del gran capital.
La dinámica misma del modelo capitalista con sus crisis continuas e
inevitables obligan a los capitalistas a pasar una vez y otra al ataque que
provocan fuertes respuestas por parte de los trabajadores que ejercen sus músculos
esperando una dirección firme que les marque el camino de una ofensiva para
recuperar lo perdido, pero esa dirección no aparece todavía aunque se está
fraguando en las bases, porque el proceso molecular de toma de conciencia de
las masas así se expresará en su momento.
Todos los voceros de los grandes medios de comunicación burgueses
abrumadoramente en manos de los capitalistas no ven ninguna otra solución a la
cuestión de cómo salir de la recesión más que realizar un ataque frontal tras
otro, contra el nivel de vida de los trabajadores. Desde el punto de vista
capitalista ellos tienen sus razones, porque los capitalistas no invierten por
deporte, por sentimentalismo o patriotismo. Invierten para sacar ganancias en
el menos corto plazo posible y como explica el marxismo “el beneficio del
capitalista es el trabajo no remunerado del obrero”.
Bajo este podrido sistema capitalista, la única manera de superar la
crisis económica es mediante el aumento masivo de las inversiones, lo cual
requiere poner a disposición de los empresarios un aumento importante del
capital, pero eso supondría aumentar los déficits, por lo que ese plan privado
o es raquítico e insuficiente o no se puede llevar a cabo, porque si se hace
con dinero público, en términos reformistas, permaneciendo bajo el mismo modelo
capitalista tomando medidas Keynesianas, como plantean algunas escuelas
económicas, los déficits públicos se dispararían igualmente, estando por tanto
el sistema estrangulado entre la incapacidad de inversión ni pública ni privada
y atrapado entre el paro y las deudas.
La burguesía se enfrenta a un tremendo problema en el momento de querer
llevar a la práctica ese esquema de recuperación económica, como es el
potencial de lucha de las enormes fuerzas que ha acumulado y dispone el
movimiento obrero. Si los trabajadores hemos tenido fuerzas para poder resistir
los ataques frontales de la burguesía bajo un gobierno como el PP que parecía
fuerte con mayoría absoluta, ahora que se encuentra cada vez más debilitado y
desprestigiado, como muestran las encuestas, si por la fuerza de la lucha se
precipitaran las elecciones generales al próximo año, la situación del modelo
“democrático-burgués” actual se vería seriamente dañado.
En un clima de tensiones sociales tan fuertes como el que se avecina va
a ser difícil que cualquier gobierno que quiera continuar dentro del marco del
sistema “liberal-burgués” pueda sobrevivir mucho tiempo. Por ello, los sectores
más conscientes de la clase dominante ya están pensando en alternativas como el
“Gobierno de Concentración Nacional” o algo parecido, para avasallar a la
izquierda y someterla por la fuerza, lo que implicaría realizar una potente
campaña de convencimiento para que las masas traguen el anzuelo de un plan
similar a los “Pactos de la Moncloa II”, para desarrollar la posibilidad de llevar
a cabo una política más profunda de colaboración de clases con los partidos
obreros y sus organizaciones sindicales.
Es preciso decir las cosas claras, pues ese llamado “pacto social”,
como quedó demostrado por la historia, representa un engaño, una enorme trampa
para los trabajadores, que ven cómo se les ata las manos cuando lo que se
necesita es luchar para recuperar lo perdido.
Es un claro intento de conseguir con palabras bonitas lo que no están
consiguiendo lograr a base de darnos leña por sí solos desde la derecha del PP.
Pero ese sueño utópico de la burguesía, en los momentos actuales está
muy lejos de lo que va a ocurrir en la práctica. La aplastante mayoría de las masas
trabajadoras e incluso un importante contingente de las capas medias que se
han proletarizado y empobrecido, no
aceptarán por las buenas una política de colaboración de clases, que sería
vista como una traición, sino que lucharán por un giro a la izquierda para
exigir llevar a cabo una política que sirva a los intereses de los
trabajadores.
Esa campaña de la burguesía hace tiempo que se viene poniendo en marcha
con la propaganda del Ministro Montoro y
demás voceros, de los brotes verdes, las declaraciones de los banqueros de
eliminar el mísero salario base, las declaraciones de la CEOE, de pedir
trabajar más por menos dineros, ataques, recortes, corrupción, evasión de
capitales, etc… pero la burguesía ha de ver y con temor, cómo la clase obrera,
tras la pesadilla de más de cinco años de “políticas de austeridad”, siempre
para los más pobres, no está dispuesta a entrar mansamente en su juego. Porque
si esta democracia burguesa no sirve ni incluso para mejorar en el nivel de
vida de las masas, los trabajadores sacan claramente la conclusión que el
modelo no sirve y necesita ser transformado.
La clase trabajadora seguirá movilizándose, por lo que se espera un
otoño caliente, pues ya hay convocada por el Sindicato de Estudiantes una
Huelga General de 3 días para octubre que seguramente secundará toda la comunidad
educativa como han hecho el curso pasado, porque hay millones de motivos para
luchar, contra el paro, la carestía de la vida, los recortes de las pensiones,
las subidas de tasas educativas y jurídicas, ataques a la Dependencia, etc.
Está cada día más claro que el sistema capitalista es incapaz de
ofrecer a los trabajadores una vida digna y entonces, lo que sobra es el
sistema actual que tiene que cambiar. Para ello hay que luchar por la
nacionalización de la Banca, con indemnización en caso de necesidad comprobada
como devolver de inmediato el dinero a los estafados por las “preferentes” y
demás pequeños ahorradores, para construir una potente Banca Pública al
servicio de la producción y también nacionalizar bajo control obrero, los grandes monopolios y los latifundios
ociosos junto con los sectores claves de la economía, para poner los medios de
producción de forma democrática y científicamente planificados al servicio de
los seres humanos donde se abrirán las puertas de un nuevo futuro, con planes
armónicos que desarrollen las fuerzas productivas, para abolir el paro, el
hambre, la miseria, la ignorancia y la
inseguridad. Esta nueva sociedad será el
Socialismo, donde reine la igualdad, la democracia y la libertad de los seres
humanos.
¡¡ABAJO LOS PLANES DE AUSTERIDAD¡¡
¡¡DIMISIÓN DEL GOBIERNO PP¡¡
¡¡ELECCIONES ANTICIPADAS YA¡¡
¡¡POR UN GOBIERNO DE IZQUIERDAS PSOE/I.U EN LUCHA POR UN PROGRAMA
SOCIALISTA ¡¡
ÁREA DE COMUNICACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.A
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com