Domingo, 31 de Marzo
de 2013 08:59
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Dejamos atrás un periodo de tres
meses absolutamente demoledor para España. La podredumbre instalada en todos
los principales estamentos públicos y privados ha estallado con la mayor
virulencia, en una apoteósica; orgiástica explosión que no por previsible ha
dejado de ser impactante. De la metástasis se ha pasado a la pura secreción de
brotes purulentos y asquerosos. Así ha sido este horrible trimestre en España,
pero lo peor ha sido ver cómo las élites se siguen resistiendo con todas sus
fuerzas, tapando sus vergüenzas como sea con tal de permanecer en sus puestos y
que nada cambie para ellas, aunque sea sin el menor poso de decoro.
Las maquinarias de partido han
funcionado a toda presión y hemos visto decisiones judiciales discutibles con
peleas entre magistrados más o menos mediáticos por sus cuotas de protagonismo;
resortes legales de todo tipo para que los ejecutivos de las empresas grandes
no sean sometidos a la ley o al escrutinio público y, especialmente, un
inmediato enmarañamiento sobre el más mínimo intento de aclaración de cualquier
escándalo.
España es un país corrupto y
sufre una crisis institucional sin precedentes. Conviene decirlo así, con todas
sus letras, como primer paso, al igual que el paciente debe reconocer su
dolencia antes que nada, para luchar a continuación contra ella.
En primer lugar y por encima de
todo, la Corona se ha situado en la encrucijada como no lo ha estado nunca y no
sólo por un episodio aislado. La figura de Corinna ha irrumpido definitivamente
y sin el menor recato. Lo ha hecho para quedarse, además. Hemos conocido la
presencia de la amiga del decadente monarca en las dependencias reales, así
como sus reiterados contactos con Iñaki Urdangarin para operaciones
presuntamente mercantiles en los que, entre otras cosas, establecía su generoso
sueldo anual. También, su protagonismo en las altas esferas del estado, en
contratos de altos vuelos, algo que forzó otra patética y pasteleada
comparecencia del máximo cargo del CNI para quitar hierro al asunto y,
finalmente, ha tenido lugar un último y vergonzoso periplo mediático de su
alteza serenísima, posando incluso como una top model.
Sonrojo
Una cuestión de absoluto sonrojo
nacional, que ha colocado a la jefatura del Estado en una situación de total
falta de legitimidad e incierto futuro. La monarquía ha perdido hace tiempo el
contacto con la realidad y de manera consecuente, la gente ha disminuido en
gran medida su fe ya no en la institución, sino en las personas que la forman.
¿Cuántos juancarlistas seguirán pregonando en voz alta su devoción por el
carismático Rey?
Los súbditos sienten una
desafección total por su Jefe del Estado y ya no va a haber gesto espontáneo
que granjee las simpatías de nuevo. Toda España siente que se están
cachondeando de ella en su cara como no lo habían hecho hasta la fecha.
Bajando un escalón, los tres
principales partidos políticos de España han demostrado estar totalmente
corroídos por la corrupción, víctimas por un lado del opaco sistema de
financiación pero, sobre todo, de la podrida ambición desmedida de sus líderes y altos cargos, instalados en
unas instituciones que son la base de la democracia pero que, paradójicamente,
son los organismos más jerárquicos y autoritarios que se pueda pensar. El que
no siga la férrea disciplina de partido; el que pronuncie una palabra más alta
que otra, no sale en la foto, como decía Alfonso Guerra.
Esa peineta de Luis Bárcenas en
el aeropuerto es el símbolo de las élites a una ciudadanía que agoniza en estos
tiempos de recesión económica y debe enfrentarse a una realidad en la que ya no
hay trabajo en su país. Han pasado a la historia o están a punto de hacerlo los
tiempos en los que las familias quedaban a comer todos los fines de semana en
torno a la mesa paterna. Quien quiera subsistir deberá buscar nuevos pastos en
Latinoamérica, el norte de Europa, Asia…
La gente sufre como no pensó que
iba a hacerlo, pero las maquinarias de partido siguen tan fuertes como siempre.
Llegan a la judicatura, al Gobierno, a los medios de comunicación… son
acorazados que defienden de todo a sus dirigentes.
Mientras, en Cataluña, las acusaciones sobre
la familia Pujol son simples ataques imperialistas desde Madrid que se
arreglarán con una consulta soberanista. No han sido los dislates de la familia
Pujol, Artur Mas y el desaliñado Oriol Jorquera los que han llevado a la región
(con Franco, la gran potencia económica de España) a esta penosa situación.
Así funcionan
El PP ha mostrado un paso
vacilante ante la eclosión de Luis Bárcenas. En todos los principales partidos
políticos hay un señor que se ocupa de los dineros y sólo él tiene las claves
de los ingresos. Desde la ejecutiva no le preguntan, para no verse
comprometidos, sólo le piden que pague lo que tenga que pagar. Cómo lo haga es
cosa de él. Claro que, cada vez que estalla algún escándalo de financiación irregular,
hay auténtico pavor a conocer los tejemanejes: quién ha cobrado, de dónde se ha
sacado el dinero, con qué prácticas, a quién se ha favorecido… Así funcionan
estas organizaciones y así nos lo confirman con su modo de actuar.
Los populares no han podido
mostrar firmeza con su ex tesorero, sabedores que a cada paso que dieran se
iban a encontrar al día siguiente con alguna información reveladora en prensa.
De hecho, Bárcenas se ha permitido demandar al partido y ha sacado a la luz que
ha estado cobrando del mismo hasta hace dos días, pese a que el caso Gürtel
lleva más de dos años abierto. La secretaria general, María Dolores de
Cospedal, tuvo que justificar esto y también lo de un tal Jesús Sepúlveda, en
nómina hasta el final, recurriendo a una especie de sofisma del derecho laboral
que constituía una nueva tomadura de pelo a la ciudadanía.
El implicado ha pasado ya a la
fase de cachondearse de todos: dice que no sabe por qué le quieren juzgar, que
los millones de Suiza los tiene porque es muy emprendedor, que no va a volver a
ir a declarar y concede entrevistas sin cortarse un pelo.
¿Por qué no le han llovido las demandas? ¿Por qué no ha habido ningún
cese en Génova? ¿Por qué sigue Bárcenas en la calle, cada vez más desafiante?
El PSOE, por su parte, ha seguido
entorpeciendo las investigaciones sobre el escándalos de los Eres y también el
presidente José Antonio Griñán ha salido en público, amenazante, desmarcándose
de cualquier responsabilidad, suya y de todos sus compañeros.
Tambien los bancos
Monarquía con Corrina y
Urgangarin, partidos políticos enfangados, Comunidades Autónomas quebradas…
Pero hay que hablar también del Banco de España, tal vez la institución no
política, judicatura aparte, más importante de este país.
La sociedad tiene tal grado de
hastío que han pasado poco menos que inadvertidas las declaraciones de Miguel
Ángel Fernández Ordóñez en la Audiencia Nacional por el caso Bankia, en las que
reconocía haber recibido todo tipo de órdenes políticas sobre esa misma
entidad, lo cual debería hacernos llevar las manos a la cabeza por doble
motivo: por las injerencias políticas en dicho organismo presuntamente autónomo
y por la aceptación de esas consignas. La gente no alcanza a saber la
importancia que ha tenido el papel del Banco de España en sus vidas.
Por lo demás, los clientes de las
preferentes se pueden ir despidiendo de sus ahorros ya que ni siquiera verán
cambiados sus activos por otros títulos con cierta posibilidad de
revalorización a largo plazo.
El Gobierno sigue operando a
golpe de populismo y pretende compensar de alguna manera a estos ahorradores
con fondos públicos. Ya destinó el Fondo de Garantía de Depósitos a rescatar
bancos y siente una fuerte tentación de hacer algo parecido, en una nueva muestra
de arbitrariedad.
Todos los ex presidentes de las
cajas de ahorros son personas con enormes vinculaciones con los partidos y
saben mucho en materia de financiación. Será complicado que veamos depuración
de responsabilidades. Habrá que pagar a los afectados por las preferentes
quitando de otra parte, ya sea el Fogasa, el Fogain o lo que sea.
Otro reflejo
Este trimestre ha estallado
también la crisis de Pescanova, que puede resumir en cierta medida los males de
este país en el ámbito privado porque, ojo, la corrupción o la mala práctica no
tienen que ser exclusiva de los políticos. Si alguien pensaba que con la purga
bancaria e inmobiliaria ya se había tocado fondo...
Si las entidades financieras no
logran revertir la grave situación que atraviesa en los próximos tres meses,
constituirá la mayor suspensión de pagos no ladrillera de este país.
La compañía gallega teóricamente
era una líder mundial en su segmento, considerada un ejemplo a seguir,
ponderada mediáticamente y recomendada por todos los analistas bursátiles. Sin
embargo, dos de sus principales consejeros no firmaron sus cuentas de 2012.
Casi al mismo tiempo, otros miembros del consejo iban vendiendo acciones sin
venir mucho a cuento.
De repente, llegó el bombazo: sin
que nadie esperara algo así, presentó preconcurso de acreedores, justificándolo
en que no podía presentar sus cuentas porque no había refinanciado su deuda.
Con el preconcurso ganaba tiempo para ponerse a ello. Era el 1 de marzo.
El consejo de administración y
los acreedores se enteraron de todo esto por la prensa poco más o menos y la
realidad es que todavía no saben mucho más. Su presidente se resiste de
facilitarles información y el asunto tiene la pinta de acabar como el rosario
de la aurora, derivaciones penales incluidas.
Esta compañía ha vivido años
dorados, totalmente apoyada en la Xunta gallega. Pescanova tiene 10.000
empleados en la región por lo que el máximo ejecutivo, Manuel Fernández Sousa,
era un semidiós en la zona. Contó con toda la financiación que hiciera falta de
las cajas gallegas y, de hecho, el hijo del histórico presidente de Caixa
Galicia, José Luis Méndez, está en el consejo de la empresa alimentaria. Ahora,
parece que hay una deuda oculta de unos 1.000 millones de euros. Al pool
acreedor no le llega la camisa al cuerpo y los empleados ya han iniciado
movilizaciones pidiendo “que cese la campaña”.
Les entiendo perfectamente,
aunque se equivocan de malo de la película. Los trabajadores quieren que todo
siga como antes, pero lo malo es que los bancos quieren un plan de viabilidad
de la empresa a la que han prestado dinero y lo mismo los fondos de inversión
que compraron acciones y bonos convertibles. La venta de activos está cantada y
el ajuste de plantilla… también. Pero los malos no son los bancos ni los fondos.
El trío política-cajas de ahorros-nepotismo vuelve a aparecer de nuevo, con
devastadoras consecuencias.
Una crisis que roza lo cutre,
como la que late en España. Y que tiene un enorme riesgo sistémico, como es el
de que ya no se señale con el dedo acusador al crédito promotor, sino a todo
tipo de crédito. Si esas son las prácticas empresariales, cualquier crédito
concedido es susceptible de ser considerado dudoso.
Espectáculo olímpico
Uno de los mejores ejemplos de
este pitorreo público está en el bochornoso espectáculo olímpico de la
alcaldesa madrileña no electa, paseándose con los miembros de esa ejemplar
organización llamada Comité Olímpico Internacional (COI), para Madrid 2020, una
candidatura para la que sólo queda hacer cálculos de cuanta corrupción generará
y cuánto incrementará el gasto final sobre el previsto.
A la alcaldesa se le han muerto
cinco niñas en el Madrid Arena, algo que no evitó que se marchara de fin de
semana a Lisboa en su momento. La deuda del Ayuntamiento de Madrid es la mayor
de todas, pero ahora toca de nuevo populismo y apelación al espíritu deportivo,
para desviar atención y obtener rédito electoral. Nadie en España está en
condiciones de organizar un evento que ponga el foco internacional sobre
nosotros. Madrid tiene muchos problemas que solucionar antes que embarcarse en
un proyecto megalómano como este. Pese a la caída del apoyo popular, se le
impone a la ciudadanía con cucharón.
Indefensión
El problema de todo esto es la
indefensión. La gente ve todo esto y no tiene medio de hacer nada. Mientras las
élites se atrincheran en el poder, a la sociedad le llega una continua pérdida
de derechos adquiridos, llámese reforma laboral, pensiones, prestaciones por
desempleo o sanidad gratuita.Para mantenerse unos pocos tienen que apretar a
unos muchos. La presión fiscal sobre los trabajadores ha aumentado. Todos
pagamos ya una media del 41% de nuestra nómina y sin duda llegarán más subidas
de impuestos en breve.
Este ha sido el peor trimestre de
la historia de la democracia, sin duda. Se ha humillado como nunca a la gente,
con una lluvia de acontecimientos insólitos y vergonzosos que tienen toda la
pinta de quedar impunes. Los españoles lo aguantan todo: esto no es Francia,
donde Hollande no se atreve a emprender ningún tipo de ajuste porque ahí se
dedican a incendiar coches a las primeras de cambio. Y así está Merkel con sus
vecinos europeos; que lo de Chipre puede haber sido tan sólo un ensayo general.
Habrá quien diga que tal vez fue
peor el mismo trimestre de 1981. Al menos, los que tomaron el Congreso lo
hicieron con la cara descubierta, no ocultaron sus intenciones y unos cuantos
dieron con sus huesos en la cárcel.
También hubo otro primer
trimestre para llorar en 2003, con aquella deplorable foto de las Azores, que
tanto daño hizo. Pero nunca como ahora ha supurado la metástasis del país, la
sensación de que hay un sistema dominado por unos pocos que lo tapa todo y hace
inevitable cualquier cambio.
España sigue en recesión y
resiste sobre todo gracias a súper Mario Draghi que controla nuestra prima de
riesgo. Si ahora se ha ampliado un poco es por Chipre, asegura Rajoy, y si las
cifras de déficit se han cocinado un poco, no pasa nada, que seguro que encontrará
la manera de pactarlas con el Eurogrupo. La Bolsa, eso sí, también acaba en
mínimos del año. Pero eso es por la globalización y la falta de credibilidad de
la Eurozona.
¿Algo positivo?
Como apunte positivo, podría
destacarse que las pequeñas compañías han logrado un hecho insólito: darle la
vuelta a la balanza comercial, en un proceso de devaluación privada sin divisa
sin precedentes. Todo eso, con el presidente de la patronal en el maco y con el
jefe de los empresarios madrileños seriamente cuestionado por (presuntamente)
las mismas prácticas. Lo de la patronal es para m… y no echar gota.
La pyme, sin embargo, se ha ido
fuera a conquistar mercados, hiciera el frío que hiciera, como antaño se fue
Pepe a Alemania; a ganarse el jornal. Ojalá traiga una pequeña revolución, sana
y honrada, como la que quiere traer este nuevo Papa, alejado de misticismos
huecos y que en su segundo día dijo que lo que de verdad era pecado era la
corrupción. Claro que cuando venga a España, tendrá que vérselas con políticos
cercanos a todo tipo de tramas, que le besarán muy devotos la mano, rodilla
hincada y mantilla en ristre.
La reforma institucional y
constitucional ni está sobre la mesa ni se prevén noticias al respecto. Abril
llega con mínimos anuales. Bursátiles y morales.
EXTREMADURA PROGRESISTA