4 de marzo de 2013
Este fin de semana pasado, un
compañero de Izquierda Socialista, dentro de un amplio debate de los que se
organizan en la Red, hacía un comentario
en Facebook, sobre la situación de la izquierda y decía que “Cada vez más militantes del PSOE están
reclamando un giro a la izquierda y que el Partido debe reafirmar su carácter
histórico de clase, de masas, democrático, federal, republicano y que defienda
en unidad de acción con el resto de las fuerzas de izquierdas, un genuino
programa socialista marxista para tumbar al PP y comenzar a salir de la
recesión mediante la planificación científica de los recursos productivos
poniendo la economía al servicio de la humanidad y no de un puñado de banqueros
que no han sido elegidos por nadie y que ejercen la dictadura financiera del
gran capital desde la Troika, la Trilateral y el Club Bilderberg”. (…)
Continuaba su comentario, junto a un acalorado
debate, con algunos párrafos
interesantes que fue bastante acertado pues en el primer día de publicación ya
lo habían leído más de 271 visitantes, lo que indica un inicio del proceso de
politización e incremento del nivel de toma de conciencia de las masas que
están expresando en la calle y en la red la necesidad de que los partidos de la
izquierda, incluido el PSOE,IU y otros más a la izquierda, se abran al debate y caminemos unidos en una
política conjunta para hacerle frente a la ofensiva que está llevando a cabo el
PP, aunque igualmente el debate contradictorio y de controversia también era
participado por los más izquierdistas que afirman que ni con el PSOE ni con IU
hay gran cosa que hacer, por lo que la discrepancia está servida.
Lo que si es cierto es que la lucha por el
giro a la izquierda y por la profundización de la democracia, hasta conseguir
una genuina democracia social, la democracia de obrera, la democracia de los
asalariados que somos la verdadera mayoría de la sociedad, la democracia
socialista y de clase, es una exigencia
y es más necesaria que nunca ante la descomposición de la “democracia
burguesa”, del sistema capitalista, que está siendo cada día más incompatible
con la verdadera democracia, porque se ha convertido en la dictadura financiera
del gran capital, dictado desde la Troika en
contra de los intereses de los económicamente más desfavorecidos.
Esa política de derechas, llevada
a cabo en el Estado Español por el Partido Popular, es realizada solo en beneficio de los grandes núcleos del
capitalismo mafioso de casino. Por eso pensamos que ha llegado el momento de
que, “o entre todos los socialistas tomamos la decisión de hacer un esfuerzo
por luchar dentro del Partido por el giro a la izquierda que la clase
trabajadora está exigiendo, fortaleciendo de forma clara la única corriente
Estatutariamente reconocida como es Izquierda Socialista o nos veremos abocados a ver surgir una Die Linke,
que pueda encabezar cualquier Oscar Lafontaine a la española, como ocurrió ya
en Alemania, o quizás un Jean Luc Mélenchon que aglutinen un “Front de Gauche”
(Frente de Izquierda), como ha ocurrido en Francia o tal vez una Syriza a la
española, como la que vemos en Grecia y que es reclamada por algunos grupos que
intentan ya reconstruir la izquierda.
La disputa está en si eso surgirá
en el seno de los partidos clásicos o por fuera de ellos, porque las masas
están empujando y luchando en las calles ante los ataques furibundos de la Patronal,
debido al favorecimiento legal que les está prestando el PP, que está
crucificando y machacando a la clase trabajadora, por lo cual, si no rompemos
con la dictadura financiera del gran capital impuesta por la Troika, no
podremos encontrar nunca una salida digna y viable para la clase trabajadora.
Como estamos observando con la
situación en Francia, desde el triundo del PSF liderado por François
Hollande, la alternativa al capitalismo
no puede ser llevada a cabo por el programa de la socialdemocracia que es
incapaz de romper con la lógica del capitalismo, sino que es preciso dar un
paso más a la izquierda y plantear un programa genuinamente socialista. El
simil que explicaba otro compañero diciendo que el poder financiero es como un
pulpo que abraza a los partidos socialdemócratas mientras los debilita hasta su
incapacidad para dar una respuesta válida es una realidad probada. En otras
palabras el capitalismo, con su crisis estructural sistémica de
sobreproducción, arrastra en su caída a la socialdemocracia que la convierte en
un “simple “Tesorero” (tipo Bárcenas),
fagocitándole en el torbellino de ese capitalismo mafioso de casino que
le impide servir a la clase trabajadora a la que en teoría se debe.
En la situación actual de esta
democracia burguesa, corrupta, degenerada, putrefacta y senil, podemos afirmar sin miedo a
equivocarnos que ha fracasado como modelo liberal-burgués, haciéndose más
necesario que nunca un nuevo modelo de democracia total, de democracia social,
de democracia auténtica, desde el último rincón del país hasta la Jefatura del
Estado, donde todos los cargos deberán ser elegibles y revocables por los
ciudadanos de forma democrática y libre.
Es un clamor popular que la
verdadera democracia y el verdadero socialismo, que es todo y la misma cosa,
siguen latiendo fuerza en los corazones de la clase trabajadora que lucha por
el giro a la izquierda y por un nuevo modelo que lleve en su programa como el
primer objetivo derrotar y tumbar al PP
, junto con la regeneración y la
catarsis de las izquierdas, con otra
forma de hacer política que rechace rotundamente la corrupción que es
consustancial al sistema capitalista.
Como vimos de nuevo el pasado
28-F en Andalucía, las masas en las calles exigían masivamente la dimisión del
Gobierno PP y un giro en lo social para defender y avanzar en el Estado de
Bienestar que habíamos empezado a construir y que ha sido arrasado por las
políticas antisociales, los recortes y la contra-reforma laboral de Rajoy, con
el drama de los 6 millones de parados y los 13 millones de personas sumidos en
la pobreza.
Las encuestas señalan una
situación muy peligrosa pues el 85 % de los encuestados responden que “los parlamentarios
no trabajan de forma honesta”, aunque nosotros decimos que no se puede
generalizar, porque hay unos de derechas que están a favor del sistema corrupto
del capitalismo y otros que luchan a favor de los trabajadores. El 79 % de los
encuestados le da un suspenso al Gobierno Rajoy, mientras I.U. sube del 9,1 al
15,3 y el PSOE se estanca.
Lo que si demuestras esas últimas encuestas es
que la confianza en el PP se ha derrumbado por debajo del 26 %, del 44 % que
obtuvieron en las últimas elecciones hace poco más de un año y la clase
trabajadora lucha desesperadamente por rechazar esa política y promover un giro
a la izquierda. Esa hecatombe del PP es natural porque con sus políticas están
favoreciendo a los poderosos y los banqueros siguen contando sus beneficios con
cifras de dos dígitos, mientras a los trabajadores nos bajan nuestros
salarios, nos suben los impuestos y nos
hunden en la más completa ruina.
Algunos analistas llegan a la
conclusión que la desintegración del capitalismo tiene cierto paralelismo con
la caída del Imperio Romano y debe ser cierto porque incluso el Papa se ha
tenido que dar cuenta y ha dimitido ante el horror que se ha encontrado con los
“jabalíes” dentro del recinto del Vaticano, porque parece ser que no es solo una
“crisis espiritual” sino más bien “material y crematística”.
Debido a los efectos de la recesión y los
ataques del PP la clase trabajadora somos ahora más luchadores y fuertes que
nunca, porque sabemos que toda la riqueza que existe es producto del esfuerzo
del trabajador, y comprendemos que nos lo están robando, porque sin nuestro
permiso no se movería una nueva, ni funcionaría un bus, ni un tren, ni un
barco, ni la TV, la luz, ni nada, pero
las direcciones de la izquierda son débiles ideológicamente hablando y están en
crisis, aunque sabemos que si luchamos juntos, todos a una, tenemos fuerzas
suficientes para tumbar al PP, pero nuestras direcciones tienen miedo ante el
panorama que se les abre.
Algunos todavía confían en que de
aquí a 4, 5 o 7 años el capitalismo se pudiese recuperar, pero a qué coste y
con qué grado de sufrimiento para la clase obrera no lo quieren ni evaluar,
porque el PP, al igual que los partidos de derechas europeos, se han quedado
sin paradigma para salir de la recesión en el corto plazo por lo que tenemos
que reforzar nuestra lucha y nuestra exigencia de dimisiones reclamando
elecciones anticipadas ya, porque esta situación dramática en la que hemos
entrado nos llevarán, sino la cambiamos, a la absoluta catástrofe, aunque
todavía hay esperanzas, pero con un nuevo modelo económico.
Siempre hemos venido insistiendo que una de
las premisas más urgentes es, además del programa y la táctica adecuadas, el
luchar por la más amplia democracia interna, en los partidos y sindicatos, así
como en el resto del Estado, porque la genuina democracia no es un fin en sí
mismo, sino que para los socialistas es un medio imprescindible para cambiar
este modelo capitalista, caduco, corrupto, degenerado y obsoleto.
Si de verdad queremos una
“democracia real ya”, como se vino gritando con la toma de las calles y las
plazas en el amplio movimiento del 15-M y otros posteriores, debemos exigirla primero dentro de nuestra
organizaciones sociales, políticas y sindicales, porque la democracia es tan
importante para la salud de la sociedad, que no puede quedarse en las cúpulas
de las organizaciones aislando al pueblo de la toma de decisiones.
Por todo lo que venimos
comentando, tenemos que seguir defendiendo que SI existe una alternativa para
salir de la recesión, pero es preciso utilizar toda la creatividad maravillosa
de la que es capaz el género humano y esa alternativa se llama el genuino
SOCIALISMO, un modelo nuevo que debe ser construido entre la clase trabajadora
toda, en unidad de acción y mejor organizados, contando con la participación
activa y democrática en los sindicatos de clase, asociaciones
vecinales, de los consumidores, de la juventud, de la mujer, de los
pensionistas y demás organizaciones sociales, para defender y llevar a cabo el
“programa socialista verdadero y científico” por el que merece la pena seguir
luchando para construir esa sociedad verdaderamente socialista poniendo las
bases para la transformación de la
sociedad, dando a cada cual el fruto de su trabajo, y que acabemos entre todos
con la corrupción, los despilfarros, el paro, la miseria y la degeneración a la
que el capitalismo nos ha arrastrado. Otro mundo mejor es posible, pero para
ello debemos organizarnos desde las bases para conquistar juntos el verdadero
socialismo. La lucha sirve, la lucha continúa...
ÁREA DE COMUNICACIÒN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE
MÁLAGA-PSOE.A
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