Martes, 26 de Marzo de 2013 19:51
EP/DS
El semanario alemán Der
Spiegel, de izquierdas, ha publicado un duro editorial en contra de la política
que está llevando a cabo el gobierno de Angela Merkel en Europa, y asegura que
los alemanes no solo no están pagando por la crisis de deuda, sino que se están
beneficiando de ella. Schaeuble sostiene que las críticas de otros países a
Alemania son producto de la envidia. El titular lo dice todo: Tozudo y egoísta:
Europa hace lo correcto dudando del liderazgo alemán en el euro, y el semanario
asegura que "el drama sobre Chipre ha dejado claro que la crisis de la
Eurozona se está transformando en una lucha sobre la hegemonía alemana en
Europa".En la superficie, Merkel y su ministro de Finanzas, Wolfgang
Schaeuble, parece que trabajan para estabilizar la economía. "En realidad,
están poniendo a otras naciones los grilletes de la deuda", asegura.
El último ejemplo ha sido Chipre, donde de
nuevo Alemania ha perseguido los objetivos equivocados, mostrando su
incapacidad para ejercer su poder correctamente. La idea de imponer pérdidas a
los pequeños ahorradores era la de mantener los "principio de crimen y
castigo", y aunque al final se corrigiera, mostró que la palabra de Merkel
no vale nada. "Chipre ha mostrado una vez más que Europa no puede confiar
en los alemanes".
La última semana
muestra la imagen que está proyectando Europa: "banqueros irresponsables
jugando con dinero de defraudadores de dinero y políticos ayudando a ambos
grupos para salvarse a sí mismos a costa de la gente corriente, que no tiene ni
los recursos ni la influencia para conseguir algo de seguridad. Y todo ello
bajo dominio alemán".
El tono duro del
editorial continúa. "Como dos veces antes en nuestra historia reciente,
los alemanes están teniendo cada vez en conflictos mayores con sus vecinos sin
pensar en el coste. Es un camino que puede llevar fácilmente al miedo a la
hegemonía política alemana. De hecho, la idea de integración europea de Merkel
es simplemente que Europa debe plegarse la voluntad política de Alemania".
La verdad sobre la
política alemana ha sido revelada, tozudez que ellos ven como ser fieles a unos
principios, "pero que en realidad no es más que santurronería".
Además, Merkel ha roto los principios de Alemania Occidental sobre Europa e
incluso los de de su partido: en lugar de garantizar más poder para Bruselas,
ha decidido que los estados nación vuelvan a mandar más.
Poniendo grilletes a
los países más débiles
El conflicto que está
surgiendo entre Alemania y el resto de Europa no está basado en la economía,
sino en la política del poder. "Los alemanes están poniendo a los europeos
los grilletes de la deuda", asegura antes de parafrasear a David Graeber,
activista de Occupy Wall Street.
Graeber dice que
"si la Historia muestra algo es que no hay mejor manera de justificar las
relaciones basadas en la violencia, de hacerlas que parezcan morales, que redefinirlas
en el lenguaje de la deuda, sobre todo porque inmediatamente hace que parezca
que la víctima es quien está haciendo algo malo".
"Como en el pasado,
los perdedores están siendo ridiculizados. Aquel que tenga deudas es culpable
de su propio crimen", continúa el semanario, que explica que esa línea de
pensamiento permite que haya acusaciones a otros y autocompasión. Y pone de
ejemplo a aquellos alemanes que se quejan de poner las garantías para el
rescate y encima ser odiados, repudiados y caricaturizados. Una idea que ha
pasado de los medios a las conversaciones en los bares.
Los alemanes se
benefician de la crisis
El problema es que
"todo eso es mentira. Los alemanes no solo no han pagado la crisis, sino
que se han aprovechado de ella. Solo en intereses se han ahorrado 10.000
millones de euros el año pasado, algo de lo que se han beneficiado desde el
inicio de la crisis. Además, están los intereses que pagan las naciones
acreedoras. La realidad de la crisis del euro es esta: los pobres de Atenas
están pagando a los ricos en Alemania".
Der Spiegel concluye
recordando que estos experimentos han fracasado en el pasado, y que fallarán en
el futuro, ya que los europeos no lo permitirán. Mientras los alemanes siguen
aplaudiendo a su canciller, deberían marcar las palabras de Jean-Claude
Juncker, presidente del Eurogrupo.
"Aquel que crea
que el eterno asunto de la guerra y la paz en Europa ha sido enterrado de
manera permanente estaría cometiendo un error monumental. Los demonios no han
sido desterrados, simplemente están durmiendo", termina a modo de
advertencia la revista.
EXTREMADURA PROGRESISTA