Artículo publicado por Vicenç
Navarro, 19 de abril de 2013
Este artículo señala el fraude en
el trabajo de investigación económica que ha tenido mayor influencia en los
establishments financieros de la Unión Europea y de Estados Unidos en la
configuración de sus políticas de austeridad y recortes de gasto.
La enorme y excesiva influencia
de la industria farmacéutica en la cultura médica es un hecho ampliamente
conocido que explica las medidas tomadas por la sociedad, a través de sus
Estados, para proteger al ciudadano del impacto que tiene tal influencia en las
prácticas prescriptivas de los médicos. Así, los médicos deben indicar
explícitamente si reciben dinero o no de las empresas farmacéuticas, exigencia
que adquiere especial importancia cuando tales médicos y/o investigadores
sanitarios publican artículos en revistas científicas, señalando el posible
conflicto de intereses entre la objetividad científica que se espera de
cualquier científico y los intereses económicos de la empresa farmacéutica que financia
al investigador y que intenta beneficiarse del sesgo de trabajo científico de
su investigación. El programa de la Sexta, Salvados, de Jordi Évole, detalló
recientemente el peligro que tal influencia tiene para el ciudadano.
Pues bien, una situación casi
idéntica ocurre en el conocimiento económico. La banca tiene una enorme y
excesiva influencia en la comunidad académica y/o investigadora económica, pues
es, de mucho, la entidad que financia más estudios, conferencias, revistas y
encuentros económicos. En realidad, la cultura hegemónica económica está
configurada en gran manera por la banca en España. La evidencia de ello es
abrumadora.
Como resultado de ello, las
creencias existentes en los mayores fórums económicos reflejan los intereses de
la banca, aún cuando nunca se presente en estos términos. Se ha desarrollado en
el conocimiento económico una narrativa que habla de la santidad de la
estabilidad financiera, de la rectitud de la disciplina fiscal, de la urgencia
e importancia de reducir el déficit y la deuda pública, y así un largo etcétera
de creencias y ortodoxias basadas en fe y no en evidencia científica. Ni que
decir tiene que la realización de tales principios favorece claramente los
intereses de lo que se llama el capital financiero.
Esta influencia, por cierto, no
requiere que sea directa. Es decir, no hace falta que el investigador esté
financiado directamente por la banca o por las compañías de seguro o por los
distintos componentes del capital financiero. Es suficiente para merecer la
promoción de su investigación si ésta encaja dentro de la ideología generada y
promovida por tales intereses, es decir, la ideología neoliberal. La creencia
neoliberal, es distribuida por las enormes cajas de resonancia –las revistas y
diarios supuestamente “serios” y “respetados”- que configuran la sabiduría
convencional y que dependen en gran medida para su solvencia de los préstamos
de la banca.
Un caso claro es el libro This
time is different, de los economistas Reinhart y Rogoff, de Harvard University
(cuando los autores escribieron el libro) y próximos al capital financiero. El
libro y los artículos derivados de él han sido la Biblia del pensamiento
neoliberal. Desconocidos por la gran mayoría de la población, sí que se conocen
entre los economistas que tienen mayor visibilidad mediática (los “gurús”
económicos que aparecen en la prensa y en la televisión), apareciendo los
trabajos y el nombre de sus autores incluso en la prensa diaria en sus páginas
económicas. Su influencia sobre la Troika europea, el BCE, el Consejo Europeo y
el FMI, ha sido enorme. Y han sido explícitamente citados por el comisario
europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, el neoliberal Olli Rehn.
La tesis de tales economistas,
Reinhart y Rogoff, es que la deuda pública es una rémora para el crecimiento
económico. Si un país se endeuda puede perjudicar su eficiencia económica.
Naturalmente que endeudarse, como tal, es permisible. Pero es mejor –según
tales autores- que no sea mucho. Dicen y escriben que si la deuda pública de un
país es superior al 90% de su PIB tendrá problemas graves de crecimiento. En
realidad, tales señores afirman que la crisis tan profunda que tenemos en los
países de la Unión Europea y en EEUU es que todos ellos están sobre endeudados.
Es decir, su deuda pública es mayor que el 90% de su PIB.
Y para probarlo, muestran un
estudio econométrico que, según ellos, muestra, sin lugar a dudas, que el
endeudamiento es la causa del bajo crecimiento y la recesión en los que están
inmersos los países desarrollados. De ahí se derivan todas las políticas de
austeridad que se están imponiendo por la Troika y por los gobiernos de los
países de la Unión Europea.
El fraude en tal creencia
En un artículo reciente (“Las
falsedades y los errores de la sabiduría económica convencional (SEC)”,
Sistema. 12.04.13) he subrayado los enormes errores, cuando no falsedades, que
tiene la tesis de que la deuda pública en estos países ha alcanzado un nivel
insostenible. Pero valga expandir esta crítica, a raíz del libro citado
anteriormente. Supongamos, por un momento, que hay una correlación estadística
negativa entre el tamaño de la deuda (como porcentaje del PIB) por un dado, y
el crecimiento económico por el otro. Es decir, que a mayor deuda pública menor
crecimiento económico. Una correlación, sin embargo, no indica el sentido en
tal correlación. Es decir, puede ser que la deuda pública alta sea la
responsable del escaso crecimiento económico (como los autores del libro y el
dogma neoliberal creen) o, al revés, podría ser que sea el escaso crecimiento
económico el que determine el elevado nivel de deuda. En realidad, la evidencia
científica a favor de lo último es robusta (estudios del Economic Policy
Institute lo han mostrado claramente, www.epi.org).
Otro grave problema de la tesis
neoliberal es que pone en la misma página a todo tipo de deuda pública, sean
bonos públicos a corto plazo, sean a largo plazo. Y también ignora la propiedad
de tal deuda, es decir, quien la posee. No es lo mismo que la deuda pública sea
propiedad de instituciones públicas (como puede ser la Seguridad Social) o sea
de un hedge fund.
Pero, además de estos fallos,
acaba de verse en una crítica reciente que incluso los cálculos econométricos
que tales economistas publican en su libro son erróneos, cuando no manipulados.
El lenguaje matemático siempre impresiona al no economista como un lenguaje
serio y creíble. De ahí el abuso de tal lenguaje en la literatura científica
económica. Branko Milanovich, el economista que mejor conoce las desigualdades
sociales en el mundo, ha mostrado los errores ideológicos que algunos gurús
mediáticos neoliberales han hecho en sus estudios neoliberales mostrando sus
sesgos ideológicos (ver
http://econ.worldbank.org/external/default/main?authorMDK=91636&theSitePK=469372&pagePK=64214821&menuPK=64214916&piPK=64214942).
Este tipo de error (mejor
definirlo como fraude) ha sido descubierto y denunciado por tres economistas de
la Universidad de Massachussets, Tomás Hernández, Michael Asta y Robert Pollin,
que han desmontado el aparato estadístico matemático sobre el cual se sostenían
las conclusiones de Reinhart y Rogoff (“Does High Public Debt Consistently
Stifle Economic Growth? A
critique of Reinhart and Rogoff”. Un resumen de tal artículo aparece en el
Financial Times, Why Reinhart and Rogoff are wrong about austerity, 18.04.13). Reinhart
and Rogoff habían analizado por muchos años la evolución del crecimiento
económico en un gran número de países, de distinto nivel de deuda pública. Y de
los países de elevada deuda (siete) no habían incluido el periodo de
crecimiento de Nueva Zelanda, que al incluirlo, como han hecho los profesores
de la Universidad de Massachussets, cambia significativamente la relación.
Tales autores denuncian el sesgo sistemático del trabajo de Reinhart y Rogoff,
que incluye errores de gran calado, incluso en los cálculos de su modelo matemático.
Dean Baker, Director del Center
for Economic and Policy Research de Washington muestra las consecuencias que
tal creencia, basada en este libro, ha tenido también en EEUU (“How Much
Unemployment Did Reinhart and Rogoff’s Arithmetic Mistake Cause?”). El Partido
Republicano, controlado por el Tea Party, utilizó tales autores como su guía
intelectual para reducir la Seguridad Social, con el argumento de que tenía que
reducirse la deuda pública, deuda pública que muchos autores hemos mostrado que
no tiene ningún problema en EEUU.
Sin lugar a duda tales tipos de
trabajo continuarán citándose en los medios donde se reproduce la sabiduría
económica convencional. Ésta siempre ignora la crítica, sintiéndose inmune como
consecuencia de la falta de diversidad de los medios que el capital financiero
controla o domina ideológicamente.