Viernes, 22 de Febrero de 2013 08:46
FM
El 16 de abril de 2010 el PP dio
de alta a Luis Bárcenas en la Seguridad
Social como empleado suyo. Ocurría ocho días después de que el exsenador
renunciara con “carácter definitivo” a ser tesorero por su implicación en el
caso Gürtel. Y 1.022 días cotizados/trabajados después, el 31 de enero de 2013,
le daba la baja, el mismo día que EL PAÍS publicaba los papeles de Bárcenas.
Los datos de su vida laboral dejan claro que la relación entre 2010 y 2013 de
Bárcenas con el PP es la de un contrato indefinido generado tras su renuncia, y
que cesó por “baja voluntaria” del extesorero hace solo 22 días.
La baja ante la Seguridad Social
debe comunicarse en un plazo máximo de seis días naturales desde el día
siguiente a la fecha del despido fijada por la empresa, según expertos en
derecho laboral consultados. Por tanto, el despido de Bárcenas el pasado 31 de
enero no fue la respuesta al hallazgo de la fortuna opaca de Bárcenas (hasta 22
millones de euros en Suiza), difundido por un auto del juez Pablo Ruz el 15 de enero.
El PP podría haberlo despedido cualquier día desde entonces, pero le
dio de baja el 31 de enero de 2013, el día que EL PAÍS difundió los apuntes
manuscritos del extesorero con datos de presuntos pagos a dirigentes del PP y
supuestas donaciones opacas de empresarios, caso que hoy investiga la Fiscalía
Anticorrupción. Ese día el PP, a través de su secretaria general, Dolores de
Cospedal, negó tal contabilidad. Algo que también hizo el propio Bárcenas.
Desde días antes, el PP sabía que EL PAÍS manejaba esa información
manuscrita por su extesorero, ya que este periódico llamó a diversos dirigentes
del partido para confirmar tales pagos, que uno tras otro negaron.
La vida laboral oficial de Bárcenas, la que que maneja el PP y el
Gobierno, ofrece varias contradicciones con los sucesivos comunicados del
partido sobre su expulsión laboral. Por ejemplo, el último, emitido el pasado
13 de febrero: en 2010 el PP acordó “no reintegrar al señor Bárcenas a su
puesto de trabajo reconociendo en consecuencia a los efectos de lo previsto en
el artículo 56 del Estatuto de Trabajadores, una indemnización por la
resolución del contrato de trabajo. Ambas partes acordaron que la indemnización
procedente se abonara mediante un pago mensual hasta diciembre de 2012, con el
abono por la empresa de las cotizaciones sociales durante el periodo del citado
finiquito”. Pero el PP le registró en abril 2010 y hasta 2013 como empleado
bajo contrato indefinido.
Pero más allá de que el historial laboral desnude el argumentario de la
dirección del PP, y las manifestaciones de la secretaria general, Dolores de
Cospedal, sobre que se expulsó a Bárcenas en 2010, cuando en realidad se le
fichó de nuevo, la situación del extesorero podría dar lugar a un posible
fraude a la Seguridad Social, según explican inspectores de Trabajo.
“Para que un empleo sea legal se tienen que
dar dos requisitos: que haya ocupación real y cotización a la Seguridad Social.
Si hay ocupación del trabajador pero no se cotiza es un fraude a la Tesorería
General de la Seguridad Social. Pero si hay cotización y no hay trabajo real,
es también fraude. Se está fingiendo un trabajo para engordar las cotizaciones
y dar lugar a prestaciones como jubilación, desempleo, bajas, incapacidades.
Por razones parecidas, inspeccionamos y sancionamos a empresarios que fingen
empleos para extranjeros para que cobren ilegalmente el paro”, afirman esas
fuentes.
Por otro lado, si lo que ha percibido en estos dos últimos años es un
salario, como indica su alta en la Seguridad Social, todo apunta que el
finiquito iría aparte. Desde que estalló el caso Gürtel, Bárcenas comentaba en
privado que tenía dos razones para no soltar su artillería de secretos e
irregularidades del partido: por un lado, su confianza en la lealtad de Rajoy
hacia su persona, y, por otro, que estaba pendiente de perfilar la liquidación
final a su trabajo de décadas en el partido.
EXTREMADURA PROGRESISTA