Empleo, expertos y sindicatos difieren sobre la normativa aprobada por
Rajoy en plena crisis económica
10.02.2013
EFE / Madrid
A punto de cumplirse un año de la
reforma laboral los expertos y el Ministerio de Empleo siguen defendiendo la
bonanza de la reforma, mientras los sindicatos consideran que ha empeorado el
mercado laboral porque se ha convertido en una "máquina" de destruir
empleo.
El 10 de febrero de 2012 se
aprobó la reforma laboral, que, según el Ejecutivo, ha sido la más profunda y
ambiciosa que se ha acometido en España.
Pese a ello, y según los datos de
la Encuesta de Población Activa (EPA), en 2012 el paro aumentó en 671.700
personas, hasta rozar los seis millones de desempleados y se destruyeron
850.500 puestos de trabajo.
Entre las medidas más
controvertidas de la reforma están la reducción de la indemnización por despido
improcedente en los contratos indefinidos de 45 a 33 días por año trabajado,
con un máximo de 24 mensualidades frente a las 42 anteriores.
También que el despido objetivo
-que permite a las empresas echar por causas económicas, organizativas,
técnicas o de producción con una indemnización de 20 días por año trabajado-
podrá aplicarse cuando la compañía tenga una caída de ingresos durante tres
trimestres consecutivos.
La reforma dota a las empresas de
mayor flexibilidad para que, ante situaciones de crisis, no recurran al despido
y que sea la última opción.
Sin embargo, los últimos datos
(de noviembre de 2012) reflejan que los expedientes de regulación de empleo
comunicados habían aumentado un 66,25 % frente al mismo periodo de 2011 (hasta
29.958) y afectaron a 406.810 trabajadores, el 45,8 % más.
La mayoría de los ERE fueron
pactados (27.239) y, de ellos, 12.784 fueron de suspensión temporal y 10.534 de
reducción de jornada, en comparación con los 3.921 de extinción, que se
mantuvieron en niveles parecidos a los de 2011.
El Gobierno está convencido de
que si la reforma se hubiera acometido en 2011 se hubiera destruido la mitad de
empleo, algo en lo que coincide la patronal CEOE, mientras que CCOO y UGT creen
que los datos ponen de manifiesto el fracaso de la norma.
El Ejecutivo valora que en enero
de 2013 se hayan firmado 1.101.819 contratos (un 5,72 % interanual más) y que
de ellos, 100.609 fueran indefinidos, lo que supone un aumento de 22.245
(28,39%) respecto al mismo mes de 2011.
El presidente de la CEOE, Juan
Rosell, cree que la reforma introduce elementos de flexibilidad que antes no
existían, aunque precisa que todavía no hay suficientes elementos objetivos
para juzgarla, porque suelen funcionar cuando la situación económica es normal.
Tajante, el secretario general de
UGT, Cándido Méndez, considera que la reforma ni ha funcionado ni lo hará y no
ha conseguido ninguno de los objetivos planteados por el Gobierno: no ha
evitado que haya aumentado la destrucción de empleo y no ha posibilitado la
flexibilidad interna.
En declaraciones a Efe, el
secretario de Comunicación de CCOO, Fernando Lezcano, cree que sólo ha servido
para destruir empleo, devaluar los salarios y provocar más conflictividad
social.
Otra consecuencia negativa que
apunta es que el contrato de emprendedores no se está utilizando para hacer
fija a la gente, sino para cambiar a trabajadores mayores por jóvenes y a
indefinidos por temporales sin estabilidad alguna.
El director general del Instituto
de Estudios Económicos (IEE), Joaquín Trigo, opina que, pese a los malos
resultados del paro, la nueva ley permite ajustarse mejor a las empresas y,
sobre todo, "ha quitado el miedo a contratar", según ha dicho a Efe.
Se ha mostrado convencido de que
la bondad de esta ley se verá en cuanto comience a reducirse el coste de la
deuda y empiece a recuperarse la economía.
El economista jefe de Intermoney,
José Carlos Díez, valora que se haya reducido la ultraactividad de los
convenios (la prórroga automática cuando expiraban) y que haya bajado el coste
del despido procedente.
Pese a ello, ha señalado a Efe
que las leyes y las reformas no crean empleo y que la combinación de recesión,
"austericidio" y bajada de despidos ha sido "desastroso" y
ha provocado el despido de 900.000 contratos indefinidos, un "récord
histórico".
Para los autónomos de UPTA y ATA
la norma favorece más a los que tienen asalariados a su cargo y apenas afecta a
los emprendedores sin plantilla.
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