Afirmaban los
dirigentes del PP que Bárcenas cesó de toda relación con el PP en 2009, pero
cobró del partido hasta diciembre de 2012.
Miércoles, 13 de Febrero de 2013
07:49
CEC/JAH
El PP insiste en que Luis Bárcenas se desvinculó del partido en 2009, cuando
dejó temporalmente el puesto de tesorero nacional. Pero Bárcenas no solo tuvo
un trato preferente hasta hace un mes, con una sala para sus documentos,
entrada libre en Génova 13 y una secretaria en el partido que seguía llamando
por él. Además siguió recibiendo
mensualmente una cantidad del PP hasta hace menos de dos meses, a finales de
2012. El partido le pagaba cada mes ese dinero y además se hacía cargo de su
cobertura de la Seguridad Social. Es lo que pactaron en abril de 2010 Bárcenas
y la dirección del partido, en una decisión que solo podía tomarse con el
consentimiento de Rajoy.El extesorero abandonó entonces, un año y medio después
de que estallara el escándalo Gürtel, la militancia en el PP y su acta de
senador.
Se quedó sin sueldo público, y pidió
reincorporarse al partido como empleado de la casa en la que entró siendo aún
AP, según fuentes del PP. Se pactó entonces con él un despido improcedente, por
una cantidad de al menos 400.000 euros, según las mismas fuentes, y Bárcenas
pidió que no se la pagaran de un golpe sino que se la dieran poco a poco todos
los meses hasta diciembre de 2012 y además que el PP se hicera cargo de sus
costes de Seguridad Social. Y el partido aceptó, de manera que el extesorero ha
estado vinculado directamente a esta formación política hasta pocos días antes
de que se conociera que tenía una cuenta en Suiza con 22 millones de euros, el
pasado 16 de enero. El PP asegura que fue solo un finiquito prorrateado y que
Bárcenas no realizó ninguna labor para el PP desde 2010, cuando se negoció su
salida.
El propio Bárcenas informó de
esta situación la semana pasada al fiscal Antonio Romeral, de la Fiscalía
Anticorrupción, cuando le llamaron a declarar en la investigación abierta tras
la publicación en EL PAÍS de los papeles del extesorero. En medio de este
interrogatorio, que duró unas tres horas, el fiscal quiso saber detalles de la
relación laboral de Bárcenas con el PP. El extesorero explicó entonces que
había dejado el partido en 2010 pero que siguieron pagándole en 2011 y 2012 en
concepto de una especie de finiquito prorrateado. Esto es, el PP siguió
pagándole en privado y sin informar a nadie y dejándole que estuviera
constantemente en la sede mientras en público trataba de trasladar la imagen de
que había roto totalmente con él.
Algo parecido sucedió en 2010,
cuando el PP, siempre de forma secreta, pactó con Bárcenas que seguiría
pagándole el abogado mucho después de haber dejado teóricamente de ser
tesorero. Es un trato especial que solo tuvo él. El PP mantuvo este privilegio,
con la opinión en contra de Dolores de Cospedal, hasta que El PAÍS publicó en
febrero de 2010 que el partido se estaba haciendo cargo de la carísima defensa
de su extesorero, dirigida por Miguel Bajo, uno de los abogados más
prestigiosos de Madrid.
Entonces Cospedal decidió cortar
también eso, y unos meses después, en abril, Bárcenas anunció en un comunicado
que desde ese momento se pagaba el abogado de su bolsillo, aunque después hubo
algún enfrentamiento con la secretaria general para que le pagara la parte
anterior.
Aun así, Bárcenas siguió
disfrutando de un espacio, la sala Andalucía, reservada en exclusiva para él.
Dos años y medio después de haber abandonado teóricamente el partido, el
extesorero seguía acudiendo con frecuencia a la sede de Génova 13, donde
hablaba con varios dirigentes y trataba de presionar para favorecer su
situación procesal.
La presencia de Bárcenas en la sede fue
constante hasta que, el pasado 16 de enero, se supo que había llegado a tener
hasta 22 millones de euros en Suiza. Ese día Bárcenas dejó de acudir a la sede
y no se le ha vuelto a ver por allí. Cospedal ha sido muy dura con él en
público, pero Mariano Rajoy no le ha criticado en ningún momento y ni siquiera
ha pronunciado su nombre.
Las relaciones de Bárcenas con el
PP han sido un problema para Rajoy desde que estalló el caso Gürtel. El
presidente se resistió todo lo posible a destituir a su tesorero. Mientras
otros dirigentes implicados caían, en especial los que estaban en Madrid a las
órdenes de Esperanza Aguirre, muy tocada por el escándalo en un primer momento,
Rajoy mantenía contra viento y marea a Bárcenas. Finalmente tuvo que forzar que
dejara de ser tesorero en julio de 2009. Pero el comunicado dejaba claro que
era de forma “temporal” y Rajoy aseguró en esos días que “nadie” podría “probar
que Bárcenas no es inocente”.
Lo mantuvo como senador otro año
entero, hasta que el extesorero, harto de la presión, de los fotógrafos a
diario en la puerta de su casa, y convencido de que con el juez Antonio
Pedreira, del Superior de Madrid, le iría mejor que en el Tribunal Supremo, decidió
dimitir. Aún así la relación de Bárcenas y Rajoy siempre fue estrecha. El
extesorero se enfrentó con Cospedal pero siempre consideró que Rajoy le había
tratado bien.
Esta actitud cautelosa del
presidente con un hombre cuya trayectoria ha indignado a dirigentes y
militantes del PP ha generado muchas críticas internas. Aguirre, por ejemplo,
ha pedido abiertamente que el PP se querelle contra Bárcenas y que le ataque.
El despido fulminante de Jesús
Sepúlveda, otro imputado en Gürtel, que también ha llegado solo después de que
la prensa diera a conocer su situación y se generara una importante presión
social, ha hecho que muchos trabajadores de la casa y dirigentes intermedios se
pregunten qué relación laboral tiene Bárcenas con el PP.
El partido nunca ha comunicado en
realidad oficialmente su despido ni mucho menos las condiciones que se han
alcanzado con él. Todo lo que rodea a la relación de extesorero con el partido
en el que lo fue todo -venía de AP y buena parte de los trabajadores actuales
firmaron con él su contrato, porque llevaba 18 años de gerente antes de ser
nombrado tesorero en 2008- ha estado siempre envuelto en un gran misterio.
EXTREMADURA PROGRESISTA