Viernes, 17 de Mayo de 2013 07:59
IE
¿El gran mérito profesional de
Miguel Blesa? ¿Su mayor aval para lograr la presidencia de Caja Madrid? Que es
amigo íntimo de José María Aznar desde los años 70, cuando se conocieron en una
academia donde ambos preparaban la oposición para inspector fiscal; que sacaron
la plaza y pidieron el mismo destino, Logroño; que sus mujeres son íntimas
también y que por supuesto Blesa fue a la boda de Anita Aznar, pero también a
la despedida de soltero de Alejandro Agag. Que gracias a estos indudables
valores –pese a su nula experiencia en banca–, fue aupado por el PP hasta la
presidencia de Caja Madrid donde estuvo 14 años hasta que Esperanza Aguirre le
declaró la guerra por un "quítate tú que pongo a mi delfín".
Que en esos 14 años cobró casi 10
millones de euros de sueldo y otros 2,8 millones más como indemnización. Que en
realidad fue menos de lo previsto, porque Blesa también se había adjudicado un
plan de pensiones para él y su equipo de otros 25 millones de euros más (un
último chollo que Rato anuló). Que incluso estas cifras millonarias son
ridículas, si se las compara con el inmenso agujero que su gestión nos dejó.
Que España está hoy hipotecada por varias generaciones y ha tenido que pedir un
rescate financiero a Europa gracias a genios como él.
Al Capone fue a la cárcel por
delito fiscal. Miguel Blesa, por un crédito de 26,6 millones de euros a ese
empresario ejemplar, Don Gerardo Díaz Ferrán, y por la más que irregular compra
de un pequeño banco estadounidense –el City National Bank de Florida– por el
que se pagó una ruinosa millonada que, de paso, sirvió de excusa a Blesa para
comprarse por 10 millones y medio de euros una lujosa mansión en Miami que pagó
Caja Madrid en teoría como sede del banco; en la práctica, como residencia para
los grandes ejecutivos de la caja.
Que Blesa acabe en la cárcel es una inesperada novedad, aunque sea solo
por un rato, gracias a la fianza de dos millones y medio de euros que
probablemente pagará. Su entrada en prisión va a poner muy nerviosos a más de
una y más de dos –y no estoy hablando de Aznar– a los que aterra que Blesa o
Ferrán puedan contar todo lo que saben. Y más.
EXTREMADURA PROGRESISTA