LUNES, 6 DE MAYO DE 2013
JOSÉ LUIS PEDREIRA MASSA
Sr. Lasquetty: He tardado en
escribirle, lo siento. Desde hace algo más de medio año la Sanidad madrileña
está en una crisis permanente. Me he retrasado esperando que vd. se pusiera al
día acerca de la sanidad y su compleja gestión, en el tiempo que se dedica a
ello ha demostrado ser escasamente eficaz para solventar los problemas que
existían.
Poco eficiente, puesto que la
solución que a vd. le han “soplado” y vd. ha asumido, es más cara según todos
los estudios nacionales e internacionales y, a todas luces, poco efectivo
porque todos los sectores profesionales y ciudadanos se encuentran a disgusto
con sus decisiones.
Soy consciente que no le debemos
exigir que conozca los métodos que utilizamos en la sanidad para debatir,
puesto que los desconoce y no le han puesto al día acerca de ellos. No obstante
se lo enunciaré. En lo que conocemos como Medicina Basada en la Evidencia (MBE,
cuyas siglas en inglés son EBM), aportamos bibliografía o pruebas científicas y
realizamos lecturas críticas sobre el método y las conclusiones. Se le ha
solicitado, en varias reuniones, una cita bibliográfica de publicación
reconocida que avale los planteamientos que vds. defienden, verá, me refiero a
bibliografía seria y con datos, no a los apuntes difusos, confusos, profusos e
interesados del Director General de Hospitales ni a pretendidos informes
encargados ad hoc y por intereses poco clarificados.
Por el contrario, cada vez que
vd. ha salido a la palestra no ha estado muy afortunado, permítame decírselo.
En el programa de TeleMadrid el Prof. Lobo le dio un baño, como se dice
popularmente, lo hizo de forma serena y sensata, con datos y con consistencia
dialéctica. Luego dijo inexactitudes, creo que por deficiente información,
sobre los servicios que tienen o dejan de tener algunos hospitales (p.e. la
pediatría y el Hospital de La Princesa). Más tarde realizó una intervención
intentando politizar todo el conflicto que vd. y solo vd. estaba manteniendo,
atacó a los profesionales, descalificó las propuestas que se le hacían, intentó
ver fantasmas de alianzas políticas extrañas,… Decididamente, se quedaba en la
superficie y no quería entrar en los contenidos.
Le considero una persona lista,
con inquietudes y ambiciones políticas, pero estos errores solo pueden obedecer
a una de estas dos causas: o a su desconocimiento supino y manifiesto del
sistema sanitario y que haya obtenido informaciones sesgadas y parciales acerca
de él o bien, en segundo lugar, a mala fe. La verdad es que no sabría decirle
cuál es mejor o peor de las dos opciones.
Mientras tanto…los servicios
sanitarios de los hospitales públicos se han ido deteriorando, como razón
manifiesta para justificar, de forma “peculiar”, que precisamente por ese
deterioro se precisa la privatización de la gestión.
Mire, vamos a hablar claro: no es
externalización (vocablo que, hoy por hoy, no existe en el diccionario de la RAE
ni en el de uso del español de Dª Mª Moliner), sino que es dar la gestión de un
servicio público a una empresa privada y se la paga con dinero público y eso se
llama y solamente se denomina así: PRIVATIZACIÓN.
Vd. nos repite que la sanidad
seguirá sin costarles nada a los madrileños y que será de calidad. Vd. sabe que
no es verdad. Mire, quizá los madrileños no paguemos directamente, pero pagamos
indirectamente, ya que el dinero de nuestros impuestos van a empresas privadas
y no revierten sobre el propio servicio público que se presta. En los servicios
públicos la plusvalía generada (sí, señor Lasquetty, en sanidad se genera una
plusvalía intangible: devolver la salud a los trabajadores en el menor tiempo
posible para que sigan generando ganancias a las empresas) retorna al propio
servicio público, mientras que en la gestión privada retorna en forma de euros
reales a la empresa concesionaria.
Por cierto, Vd. ha pretendido
confundirnos, al intentar realizar una equivalencia entre concierto
público-privado con privatización de los servicios y la gestión. Efectivamente,
conciertos público-privado siempre han existido y en todo el territorio del
Estado, en este apartado estaba la Fundación Jiménez Díaz. Otra cosa, bien
diferente, es que la gestión del conjunto del Hospital público se le ceda por
dinero a una empresa concesionaria, como Capio o Adeslas, Sanitas, Asisa u
otra(s) ¿Por qué esta diferencia? En el primer caso, en los conciertos, se
acuerda el coste de un servicio que se autoriza a realizar por un convenio y
que tiene unos precios determinados. En el segundo, la privatización, consiste
en ofrecer a una empresa concesionaria el conjunto de la asistencia sanitaria y
se le paga por población asignada, acuda o no a ese servicio hospitalario. En
este segundo caso al aparente abaratamiento de la gestión es un engaño, un gran
engaño: primero la experiencia nacional (Alzira) e internacional (National
Health Service inglés en estos últimos 15 años así lo atestigua, con
publicaciones en revistas relevantes, p.e. The Lancet o BMJ); segundo, por el
coste real, si es más barato, se presta el mismo servicio y existe ganancia
real (en euros) para la empresa concesionaria, solo se podrá hacer reduciendo
prestaciones o sesgando las intervenciones, p.e. reduciendo personal, conozco
datos del pliego pero…la ley laboral (por cierto realizada por Vds.)
justificaría a las empresas hacer lo contrario en muy pocos meses, no somos tan
tontos como Vd. cree y sabemos ver la letra pequeña y la letra oculta, sobre
todo los de algunas especialidades y los que tenemos algunos trienios y
estuvimos en diversas batallas.
Un dato que se podría valorar
políticamente es consiste en analizar dos fenómenos: “puerta giratoria” (paso
de la gestión privada a la gestión pública y retorno a la gestión privada con
contactos y conocimiento exacto de la situación) y “caballo de Troya”
(introducir en puestos relevantes de gestión pública a personajes determinantes
e ideólogos de la gestión privada y, desde ellos, defender los intereses de las
empresas privadas hundiendo, cada vez más, a los servicios públicos) que se da
entre personajes de la política sanitaria y las posibles empresas
concesionarias para la privatización y para la elaboración de la ideología
subyacente, de los razonamientos políticos y de la praxis real en todo este
proceso privatizador.
Me quedan algunas dudas sobre el conjunto de lo dicho: ¿malversación de
caudales públicos? ¿prevaricación? ¿desconocimiento? ¿mala fe? ¿intereses
creados?
Por último, deberá saber que la
sanidad es un sector en el que cuesta movilizarse. En esta ocasión ha sido
masiva la respuesta, masiva, continuada y persistente en el tiempo. No hay ni
un solo sector que le apoye: colegios profesionales, sindicatos de clase,
sindicatos de sector, asociaciones profesionales, asociaciones científicas
diversas, asociaciones de pacientes… Ha conseguido una gran unanimidad en su
contra, es un gran mérito por su parte el concitar tanta convergencia de
opiniones desde diversas ideologías. Mire, creo que es muy difícil, no imposible
pero sí muy difícil, que todos nos hayamos dejado manipular por alguna oscura
mano negra. Somos gente mayor, con experiencias sociales diversas, con
formación y experiencia profesional, con mente crítica y posibilidad de acceder
a lecturas profesionales y técnicas, comprendiendo su contenido de forma
razonable, al menos, y sabemos formarnos nuestro propio criterio.
Deje de buscar fantasmas, los
fantasmas sencillamente no existen. Busque en los contenidos de lo que
pretenden hacer, lo analizan de forma crítica y constructiva y pensando una de
las cosas fundamentales de toda buena gestión: lo que funciona de forma
razonable no se toca, simplemente se mejora. La sanidad era un sector muy
apreciado por la población, aunque todos reconocemos que había amplios sectores
de mejora, ahonden en esos pero no desmonten todo.
Saludos cordiales.
J.L. Pedreira es Doctor en
Medicina. Máster de Calidad de Servicios Sanitarios. Premio Nacional
Investigación Psicosocial 2001. Profesor Tutor UNED de Salud Pública y Dependencia
DIARIO PROGRESISTA
Esto mismo, lo estamos
padeciendo en la COMUNITAT
VALENCIANA, BUENOS DINEROS QUE LES PAGAN A LAS EMPRESAS, QUE GESTIONAN LOS
HOSPITALES DE GESTIÓN PRIVADA, ESTE AÑO, LA GENERALITAT LES HA SOLTADO 20 MILLONES
DE €. (PARA REPARTIR BENEFICIOS)
Y EN EL HOSPITAL PROVINCIAL DE VALENCIA , SIN PAPEL HIGIENICO. (PARA DETERIORAR LA SANIDAD PÚBLICA)