Domingo, 16 de Junio de 2013
10:10
PS
La Unión Europea debe exigir al Gobierno de España y al primer partido
de la oposición (el PSOE), los que ahora van de la mano a pedir a la UE ayudas
económicas para España, no sólo ajustes del gasto público y reformas variadas
sino también que le pongan fin, con decisiones tajantes y ejemplares, al enorme
espectáculo de la corrupción española. Donde la estrella nacional es ahora
Bárcenas que el día menos pensado se nos fuga como Roldán.Empezando el Gobierno
por el uso debido de la Fiscal del Estado,
empeñado y dedicado a tapar no pocos casos de corrupción que afectan a
altos dignatarios, o a poderosos banqueros y políticos de postín. Porque lo de
perseguir fiscalmente a Messi está bien si de le da el mismo trato que a los
banqueros o a la Infanta Cristina, a Blesa o Bárcenas - ¿por qué no entra este
golfo de una vez por todas en prisión por causa de la alarma social que genera
con su chulería y el grave riesgo de fuga que le rodea por las enormes cuentas
secretas que tiene por todo el mundo?-, o a Blanco y los jefes del ERE, o del
caso Palau que ahora ha empitonado a la CiU soberanista de Artur Mas en la
mismísima femoral.
Si España no toma medidas tajantes y definitivas en contra de la
corrupción, la Unión Europea no debe dar ni un euro a España y menos aún a este
Gobierno tan displicente con los escándalos que, dicho sea de paso, tienen
cercada la sede del PP. La imagen de nuestro país, la famosa Marca España, está
más cerca de la Cueva de Alí Babá, que de una nación seria y limpia que
desearíamos sobre todo en este tiempo de paro y recesión.
Porque esta cueva de los ladrones de la política y del alto rango
social que tenemos en España, que se ríe de la Justicia en eternos procesos
judiciales y con fiscales controlados, ciegos o mudos, es ya insoportable. Sólo
en el día de ayer hemos visto las últimas noticias de Bárcenas de quien se dice
que ha tenido, o tiene, 47 millones de euros en Suiza, y los que aún tendrá en
otros paraísos fiscales del Caribe o de Asia. Lo que, insistimos, incluye el
riesgo de fuga del pájaro. Y si se escapa el escándalo nacional será de una
envergadura monumental, como lo fue la fuga de Roldán.
Este fin de semana se ha sabido también que: Blesa seguirá en la cárcel
(en contra del criterio del fiscal protector); que el caso de Díaz Ferrand y de
su ex socio Pascual crece sin parar; que CiU recibió dinero y financiación
ilegal (de Ferrovial) a través de los golfos del Palau de la Música; que siguen
apareciendo más noticias del caso Urdangarin; que en la Audiencia Nacional se
pide que declare Aznar sobre los sobresueldos del PP que han aparecido en los
papeles de Bárcenas, etcétera, etcétera.
Y en la Moncloa, donde viven atemorizados con la crisis general
financiera -española e internacional-, y donde no les llega la camilla al
cuello porque el triángulo de ‘las Bermudas’ del PP, de Gürtel, Bárcenas y
Bankia, se estrecha sin cesar, andan más que preocupados. Y dando palos de
ciego sin saber qué hacer ni por donde tirar por miedo a darse, ellos mismos,
un disparo en el pie. Se dice que a Rajoy y a Aznar -por culpa de la bronca y
desafío que Cospedal montó con Bárcenas- están muy preocupados y se temen que
en cualquier momento un juez los cite a declarar, lo que dejaría tiritando al
Gobierno de España.
Pero lo cierto es que, ni unos ni otros, son capaces de cortar por lo
sano ante los muchos y variados casos de corrupción. Basta ver la resistencia
de Blanco, o de Barberá y todos los imputados del PP de Valencia, o a Baltar,
etc, subidos en sus machitos y sin dar un sólo paso hacia atrás. ¿Por qué?
Pues, como ocurre con Bárcenas, por miedo a que los hoy imputados cuenten toda
la verdad. Y por ello seguimos los españoles -y los europeos- asombrados de las
noticias que nos llegan de nuestra particular Cueva de Alí Babá.
EXTREMADURA PROGRESISTA