15 jun 2013
¿Lo que ocurre en
España ocurre en cualquier otro país civilizado? No. Ayer me pasé el día
leyendo irregularidades fiscales y corrupciones y no di abasto. No voy a
enumerarlas porque ya las conocen ustedes. Lo de ayer fue un festival. ¿Se
puede seguir así, puede un país prosperar en estas condiciones, estamos en vías
de solucionarlo? Corrupción de corrupciones y todo corrupción, hubiesen
sentenciado los clásicos griegos. Primos, secretarias, cuentas, viajes,
contratos, una amplia y multicolor paleta. No hay ningún Goya capaz de retratar
la España actual. Nadie responde, todo es un error, una conspiración. ¿O es que
el español es corrupto por naturaleza?
Si en 2015 se
confirmara que el marco político español se convierte en un mosaico, con el PP
y el PSOE no reuniendo más de 100 diputados entre los dos y con una abstención
brutal y castigadora, los cinco o seis partidos resultantes deberían tener este
asunto como primera. No es admisible que un futbolista defraude cuatro millones
y se zanje el delito pagando 24, que además se presupone abonará el club. O un
ex tesorero que amasa 47 millones, o un yerno aprovechón, o quien sea. Sus
gallinas son financieras. No es admisible que los engañados por los bancos en
sus ventas de acciones preferentes o cláusulas hipotecarias abusivas se
sustancien con simples admoniciones. No es admisible que una quiebra
fraudulenta de grandes proporciones se resuelva con una inhabilitación sin más.
No es admisible que los gobernantes señalados, por muy importantes y
autonómicos o independentistas que sean, vayan de honestos, no nos basta su
sola palabra. Estafar, prevaricar, aceptar cohechos, es más grave que robar una
gallina, que, además, unos cometen para vivir en la opulencia y otros para
comer.
Los nuevos diputados
tendrán que cambiar los conceptos y criterios de delito. El de la gallina no
puede fugarse ni alterar pruebas, y el de las argucias y añagazas económicas
sí. El mundo no puede seguir siendo de los estafadores. Las formas de robar son
distintas, pero ya resulta cansino que las nuevas y más sutiles y sofisticadas
se libren de castigo. Más claro: el delito económico deberá llevar aparejada
cárcel ineludible. Han de devolver lo que se han llevado antes de salir de la
jaula, cosa que no podrán hacer los de la gallina porque se la habrán comido,
ellos o sus familiares.
Todo un cambio de
modelo que está en nuestras manos y de los que elijamos. Todos estos pajaritos
vuelan libres y en bandadas organizadas merced a las leyes que ellos mismos y
sus secuaces políticos fraguaron. Les dan un susto, todo lo más. Para que se
levanten de la carroña antes de volver, pero que ineluctablemente volverán,
como las golondrinas o las gaviotas. Ésta es otra de las cuestiones básicas que
habrán de modificar los nuevos legisladores si se confirman las -mis-
previsiones electorales, que también se extienden a que la monarquía tendrá los
días contados. De modo que atraque usted un banco pero de otra forma y sin
escopeta que no le hace falta. Incrústese en el sistema. Y coma en Caritas
antes que robar una gallina.
Público.es