MIÉRCOLES, 19 DE
JUNIO DE 2013
GUSTAVO VIDAL
Ignoro los motivos que han detonado el
síndrome "pactista" en el PSOE. Desde las filas del PSOE, suele
alegarse el manido "nosotros no somos como ellos". Y eso está muy
bien a la hora de ganar el cielo o el nirvana pero resulta letal cuando nos
medimos con un rival tan falsario, carente de escrúpulos y marrullero como la
derecha celtíbera. Además, la mayoría de los españoles no se lo cree con lo
cual, además de mortal, resulta inoperante en clave electoral.
Por lo demás, nadie sensato ignora dos
asuntos:
1) Pactar con el actual
PP equivale a compartir el coste político del desaguisado social que perpetran
los “populares”.
2) Cualquier acuerdo con la derecha acaba en
traición.
Así, parece obviarse que la derecha,
indefectiblemente, traiciona. Puede discutirse cuándo. Pero la puñalada por la
espalda es una mera ley física cuando hablamos de la derecha española.
Esta actitud deriva de una creencia,
consciente o inconsciente que la lleva a considerarse dueña de España por un
suerte de derecho natural donde los demás somos simples realquilados. Aguantan
poco y mal sus escasos periodos en la oposición desde la cual crispan, mienten,
juegan sucio, vulneran los pactos de Estado más básico y aprovechan para
derramar arena en el motor de la nación, sin importarles cómo quede el país con
tal de alcanzar de nuevo el poder político.
Una vez en el Gobierno incumplen cualquier
compromiso y se valen del engaño y la fuerza para desmontar un modelo de
sociedad pactado durante treinta y cinco años. Su meta no es otra que cambiar
el país, imponer un modelo sin bienestar, supeditado al mercado más descarnado
(y subvencionado). Y en ese “mercado” (¡cómo no!) aparecerán los turbios
nombres de oscuros sujetos vinculados al PP, repartiéndose hospitales, recursos
educativos, pensiones, etc.
Para ello jamás han dudado, ni dudarán, en
descalificar cualquier institución que antes han jurado respetar. Difamarán la
judicatura, la policía, los políticos y la política, se valdrán del uso
torticero del terrorismo…
Con la mano en el
corazón… ¿qué espera el actual PSOE conseguir pactando con lo que no parece más
que una banda de facinerosos disfrazada de legalidad? Electoralmente resulta desastroso y
moralmente... despreciable.
DIARIO PROGRESISTA